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Invasión dantzari en Ermua
Un total de 13 grupos procedentes de Vizcaya, Álava y Navarra, junto a los anfitriones Txindurri y Gure Ametsa, mostraron ayer sus mañas en la dantza tradicional vasca
Cerca de 600 dantzaris de 15 grupos de Vizcaya, Álava y Navarra
invadieron las calles de la villa durante el kalegira matinal
demostrando que la tradición y la cultura euskaldún han perdurado en la
memoria colectiva. Eso sí, el paso del tiempo va dejando mella en cada
uno de los grupos. La feminización y rejuvenecimiento de la dantza es
un hecho. Once de los trece grupos invitados a esta Eukal Jai eran
infantiles e incluso Txoritxu-Alai de Durango sólo acudió con chicas.
Diecinueve niñas de entre 3 y 11 años que bailaron el Sanpetrike,
Zapatain dantza, Txulalai, Arku dantza, Kontrapas, Zinta dantza,
Agintariena, Espata txiki, Banakoy Txotxongilo, repertorio obligado
para los grupos 'txikis' de dantza durante el alarde infantil de la
tarde.
Sin duda el grupo de las más pequeñas, con bailes agradablemente
anárquicos, fue el que más sonrisas afables rescató de los asistentes.
Los dantzaris de Eusko Lorak de Sestao, que pisaban Ermua por primera
vez, se divertían en los columpios de Probaleku e innumerables
baserritarras de metro y treinta procedentes del Duranguesado, Lea
Artibai y Debabarrena se apoderaban de la tienda de chucherías de
Zubiaurre. Tras el kalejira y mientras dantzaban los grupos de adultos
en Cardenal Orbe, los más pequeños correteaban por el centro del pueblo
mientras esperaban a que llegaran las dos de la tarde para devorar una
merecida comida en una de las 20 sociedades y casas culturales de la
villa que colaboran en la trigésimo primera edición de la Euskal Jaia
ermuarra. «Este ratito se hace un poco largo porque los niños empiezan
a estar cansados y tienen hambre», comenta Lorena urien, responsable de
Txorintxu Alai.
Para Urtats Azpitarte, uno de los 17 jóvenes de entre 7 y 12 años
miembros del grupo elorriotarra Betsaide, es su segunda Euskal Jaia en
Ermua. Por ahora lleva bien compaginar la pelota con la dantza y los
estudios y se divierte acudiendo de pueblo en pueblo en días como el de
ayer en Ermua. Aunque reconoce ponerse nervioso, se decanta por el
Banako.
Los jóvenes ermuarras de Txindurri y Gure Ametsa se sentían más
seguros al pisar terreno local pese a contar con mayor expectación
suscitada por la presencia de familiares y vecinos.
Pasarela
A la moda también le ha llegado su turno de la modernización
dantzari. Las telas negras y los paños en rojo vivo han cedido terreno
a los tonos morados y granates, las rayas, los estampados y las flores
color pastel. El grupo Ioar-Pierola estrenó ayer en Ermua su tercer
traje oficial que incorpora a la vestimenta tradicional alavesa
elementos de innovación como el recogido de la doble falda, algo
habitual en los pueblos de Vizcaya y Guipúzcoa.
Pañuelos rosas anudados a un hombro se combinaban con otros blancos
en forma de cinta que adornaban la frente en el caso de los mozos de
Haristi del municipio navarro Barañain. Mientras que Txindurri, el
único grupo de Ermua que bailó en el alarde matutino, apostó por los
trajes clásicos. Falda de paño rojo y chaleco negro para las mujeres y
polainas blancas con camisa del mismo color para los hombres.
«A la gente le gusta el ambiente, sale a las ventanas, se para a
mirar los bailes», señalaba Alizia Lorenzo, miembro del grupo Gure
Ametsa, anfitrión junto a Txindurri de la Euskal Jaia de Ermua. En esta
ocasión el grupo que el próximo mes celebra su treinta aniversario no
pudo bailar en el alarde por la falta de personal que se encontraba
absorto haciendo tareas organizativas junto a otros socios de
Txindurri. En total 40 ermuarras permitiron ayer que todo concurriera
con normalidad. «Es de agradecer la implicación del pueblo que durante
el día de hoy están dedicados de entero a los dantzaris», señalaron
desde la organización.
LOS DATOS
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