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Inundados de alegría y buen humor

La comparsa de Inude eta Artzainak de Kresala salió a la calle ayer tras las suspensión de la semana pasada. Además de nodrizas y pastores se pudo ver a bomberos, panaderos, al obispo y al alcalde junto a su mujer
Egilea
Iraitz Vázquez
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
San Sebastián
Mota
Albistea
Data
2014/02/10
Lotura
Diario Vasco

Esta vez sí salieron. Después de que el temporal de la semana pasada impidiera a la comparsa de Inude eta Artzainak, de Kresala, cumplir la tradición del primer domingo de febrero, sus componentes pudieron dar colorido y alegría a las calles de Donostia durante el mediodía soleado de ayer. El pasado domingo fue la primera vez en la que tuvieron que suspender el desfile desde que recuperaron esta tradición en 1977. La junta de la Sociedad Kresala tomó esta decisión después de comprobar los destrozos que el temporal había causado en los alrededores de la sede. «No era momento de salir, viendo en la situación en la que se encontraban las calles. La gente no necesitaba que hiciéramos el desfile, lo que necesitaban era que les pudiéramos ayudar en todo lo posible a arreglar los desperfectos causados», explicaba ayer antes de dar inicio a la jornada Joxe Murua, uno de los responsables de la comparsa. «También había afectados entre los miembros del grupo y por respeto a ellos se tomó la decisión».

Para las once y media de la mañana, la calle Euskal Herria, donde está situada la Sociedad Kresala, iba cogiendo color. Además de las nodrizas y los pastores, por las calles colindantes llegaban bañistas, bomberos, panaderos, el obispo y el alcalde y junto a su mujer, todos ellos ataviados con vestimentas de época.

Aunque se podía ver cómo saltaban las olas hacia el Paseo Salamanca, eso no hizo decaer el ánimo de los componentes de la comparsa. «Durante toda la semana la gente nos ha estado preguntando si íbamos a salir o no. Después de tanto temporal y tantas noticias de crisis creo que la gente necesita que les alegremos las calles con la música y con los bailes», destacó Ramón, uno de los tambores de Kresala que este año acudió con más ganas si cabe después la suspensión de la semana pasada.

El origen de la tradición que se repitió ayer se remonta al 2 de febrero, día de la Candelaria, de 1885, cuando salió la primera comparsa que parodiaba el cortejo de los pastores a un grupo de nodrizas, por las principales calles de la Parte Vieja donostiarra. Además de las Inudeak y los Artzainak, la comparsa se completa con un gran séquito de personas que suele llegar a la centena de personas, todo ellos acompañado por los sones de la música compuesta por Raimundo Sarriegui. La composición 'Comparsa de nodrizas' es las más popular e identificativa de todas, puesto que da pie al momento más conocido de la parodia, cuando las nodrizas lanzan al vuelo a sus 'bebés' mientras los pastores dan un salto acompañado de un grito festivo.

Poco antes de las doce del mediodía, el interior de la Sociedad Kresala era un hervidero de gente que iba y venía, dando los último retoques a los trajes y realizando los últimos ensayos. Uno de los bomberos enseñaba a las enfermeras las heridas que le había causado el temporal de la noche anterior, mientras que uno de los fotógrafos era retratado por una cámara del siglo XXI, dejando una estampa de lo más curiosa.

Recorrido por la Parte Vieja

En cuanto el reloj señalaba el mediodía, con puntualidad británica, los más jóvenes de la comparsa entonaron el 'Festarik behar bada' que daba comienzo al recorrido, donde participaron 28 parejas de Inude eta Artzainak, más de 50 personajes, una veintena músicos de Tximeleta, además de los más pequeños que acapararon toda la atención de la gente que abarrotaba las aceras. La primera parada la realizaron en la calle Aldamar, para proseguir su camino por el Boulevard, donde bailaron el 'Arin-arina' y los pastores intentaron cortejar a las nodrizas. Después se encaminaron por la calle Mayor, 31 de Agosto, Narrika e Iñigo. Durante este recorrido se pudieron oír cinco marchas que hacían que la gente saliera de los balcones para presenciar los bailes.

Para las 13.45 horas la Plaza de la Constitución presentaba un aspecto inmejorable. Hasta cuatro y cinco filas de personas se agolpaban junto al vallado para ver la llegada de la comparsa, mientras presenciaban el tradicional concierto de la Banda de Txistularis de Donostia. Hasta que tocaron la canción 'Maritxu nora zoaz', en cuanto terminó esta pieza, hicieron acto de presencia las Inude eta Artzainak, junto al resto de acompañantes. Entonces comenzó el momento más esperado por el público.

En la 'Consti' los componentes de Kresala bailaron seis piezas. Comenzaron con la 'Introducción a escena de la nodrizas', momento en el que las Inudeak visitaron al médico, para determinar el estado de salud de los bebés. Acompañados de las notas de 'Escena de médico con la nodriza', los comparseros escenificaron el momento en el que las Inudeak acudieron al médico para la primera vacunación del recién nacido, mientras el cura les daba la bendición al otro lado de la plaza. Para terminar, a los sones de 'Kontradantza 2', las parejas se pusieron en círculo y realizaron un paseo por la plaza, para llegar donde estaban situadas las enfermeras, que les dieron el biberón a los pequeños. Por su parte, el secretario tomaba nota en el acta de los nombres que iban poniendo a los niños.

Tras la escenificación los componentes de Kresala abandonaron la Plaza de la Constitución y retomaron su camino hacia la sociedad, pero antes pasaron por las calles Pescadería, San Juan, Bretxa, Aldamar y Euskal Herria. En cada uno de los puntos volvieron a escenificar algunos bailes, para una semana después del temporal volver a dar color a las calles de la Parte Vieja donostiarra y a sus habitantes y visitantes que seguro agradecieron poder tomar el aperitivo del domingo al mediodía con la alegría que contagia esta comparsa.

La semana pasada en Gros

Los que sí pudieron salir y hacer frente al temporal la semana pasada fueron las Inude eta Artzainak, de Gros. Desde 2002 los vecinos del barrio recuperaron esta tradición perdida que creen necesaria para dar color a sus calles. Particularmente visual y entrañable fue la representación teatral que realizaron al mediodía en la Plaza Cataluña. Eso sí, falta de guardias municipales -ocupados todos por las consecuencias del temporal- fueron los propios padres los tuvieron que cortar las calles y dirigir el tráfico para que los comparseros pudieran realizar su recorrido habitual.

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