Intimismo e introspección

La Casa de Cultura de Egia nos invitaba el sábado a presenciar un espectáculo de danza contemporánea compuesto por varios solos coreografiados e interpretados por tres artistas bilbaínas. El espectáculo es una producción de La Fundición aretoa de Bilbao, sala peteneciente a la Coordinadora de Salas Alternativas, y fue una estupenda ocasión para recorrer los derroteros por los que caminan las líneas artístico-experimentales de nuestros bailarines-creadores. Las intérpretes nos presentaron sus personalísimos trabajos, que atraviesan el difícil camino de la exploración y la experimentación artística en el terreno de la abstracción del movimiento.



Natalia Monge abrió el espectáculo con su pieza 360 grados con la que nos hablaba de las vueltas y los cambios que da la vida. Nos habló de ello a través de una pieza sobria y muy personal, con una gestual sencilla y escueta, en la que abundaban los silencios y en donde, quizás, la escesiva introspección no dió acceso al público a su mundo interior.



Matxalen Bilbao interpretó su Vuelta de tuerca, un paso a tres entre la mujer, el dibujo y la música. Consigue desde un principio introducirnos suavemente en su su lenguaje corporal, aterciopelado y sugerente, para ir desplegando una dulce poesía llena de diminutos matices expresivos.



Por último, Blanca Arrieta con su Vértigo llenó, en la penunbra de su escenario, con su fuerte presencia, a la vez profunda y ligera, descubriéndonos su universo de contrastes con gran autenticidad, contundentemente sensible, en una pieza rica en elementos escenográficos.