APENAS han pasado dos meses desde que Imanol Aretxabaleta Aginaga falleció pero su legado en el mundo de la cultura vasca sigue muy vivo. Ligado a su querida Markina-Xemein estuvo implicado en numerosas iniciativas culturales con la premisa de mantener vivo el patrimonio cultural vasco, desde el euskera hasta las danzas. En el recuerdo de todos queda su actuación en el día del Carmen de 2022. “Su última actuación fue a los 88 años”, recuerda su hija Maitasun, quien asegura que su aita les transmitió ese sentimiento euskaldun desde pequeños. “Todos hemos estado en la ikastola y en el grupo de danzas. Todavía sigo un poco en el grupo de veteranos de Zerutxu Dantza Taldea pero quien sí continúa es mi hija Elene”.
Ese instinto por la cultura vasca le impregnó desde pequeño. “Su padre había sido fusilado durante la guerra civil y toda la familia era muy euskalzale: las canciones, las danzas...”, comenta Maitasun quien indica que Imanol comenzó a tocar el txistu “a los 13 o 14 años” gracias a las enseñanzas de Miguel de Ibarluzea, músico de Markina. Además, “en esa época se creó una banda municipal en Markina y tocaba el clarinete mientras que en la banda de txistularis, el txistu”, detalla su hija que pone en valor el gran legado cultural que ha dejado su padre. “En 1966 se creó la ikastola Zerutxu (actualmente Berakruz) y dentro de la ikastola surgió el grupo Zerutxu Dantza Taldea”.
Y ahí, junto con Felipe Amutxastegi, dio un impulso a conservar todo el legado cultural. “Felipe se encargaba de la parte de las danzas y mi padre de la música”, apunta Maitasun sobre un grupo que ha conservado la zaragi dantza de Carnavales como una de las danzas autóctonas de la localidad. Además, tampoco faltaban sus actuaciones en las fiestas locales o de municipios cercanos como “Amoroto o Mendexa, a donde iba dos o tres días a tocar el txistu”. Su heredera en el txistu es su nieta Elene que guarda en la memoria sus actuaciones conjuntas. “Las danzas y el txistu forman parte de la personalidad de nuestra familia”, afirma la joven que mantiene muy vivo todo el legado de su aitite.