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Iker se planta contra el bullying porque su pasión «es bailar»
«A los cuatro años Iker nos anunció solemnemente que ya tenía muy claro lo que quería ser de mayor: bailarín. Desde entonces no ha dejado de perseguir su sueño, y nosotros siempre con él». Nueve años llevan Maite Gastón y Alejandro Navarrete apoyando a su hijo, en los buenos momentos, «la mayoría», y también en los malos, «menos, pero duros». Este joven artista de Leioa, que con mucho esfuerzo y tesón trabaja a diario por superar sus propios límites –«más de 20 horas a la semana de entrenamiento»– y ya ha ganado numerosos premios con sus equipo de la escuela de baile moderno Fusión, no está dispuesto a que el acoso escolar se convierta en su principal barrera. Por eso ha decidido romperla de una vez por todas grabando un vídeo que se ha hecho viral en las redes sociales con el lema '#NomasBullying'. En la grabación anima a otros jóvenes a «ser valientes», a no tener «vergüenza» y, sobre todo, a no ocultar los problemas que tengan en este sentido, a contárselos a sus padres y allegados para que los acosadores «no se salgan con la suya».
La respuesta ha sido tan positiva que toda la familia está impactada. En el propio vídeo han colaborado celebridades como los jugadores del Athletic Ibai Gómez y Aduriz o los modelos Ingrid Betancor y Daniel Illescas. «Aunque de lo que más orgullosos estamos es de la actitud de Iker, que nos ha demostrado su coraje, que sabe luchar por lo que se desea y que no se va a rendir», confiesa emocionada su madre. Para el propio bailarín este paso ha sido decisivo. «Hay gente que se pasa vida buscando su sueño y yo ya tengo el mío porque mi pasión es bailar, ¿tengo que dejarlo por el miedo al que dirán? No», sentencia. Así lo dijo en el vídeo y así de claro lo sigue teniendo. Ahora más que nunca.
El efecto de las redes sociales
Se acabó lo de que en el colegio le dijesen que hacía «deportes de chicas» como ballet o gimnasia rítmica. Comentarios que, a sus 13 años, ha tenido que escuchar tantas veces que los creía superados. «Y nosotros también, aunque lo que pasa es que antes estas cosas quedaban en el patio pero ahora, con las redes sociales, todo se magnifica», lamenta su padre.
Eso es lo que le ha ocurrido a Iker en este último año, que es cuando más ha notado la presión. «Transmitimos nuestra preocupación a su colegio y sus responsables llegaron a hablar con los progenitores de los autores de los mensajes más ofensivos», confiesa Maite.
Parecía que la tormenta había arreciado, pero no. Y se dieron cuenta de ello hace poco más de una semana. La empresa de promoción artística SF40 Agency de Bilbao, en la que se había apuntado hace un año para que le hiciese un reportaje fotográfico, le invitó a participar en un vídeo bailando para celebrar el Día Internacional de la Danza el 29 de abril. Al principio aceptó pero, poco después, cambió de idea y le anunció a sus padres que no lo iba a hacer, «porque se iban a meter otra vez con él».
Esta inesperada negativa, «sobre todo en un niño tan apasionado por el baile que no pierde una oportunidad de practicarlo», activó todas las alarmas. Según reconoce el propio director de la agencia, Andrea Donati, «hablamos con él de nuevo y, como el 2 de mayo era el Día Internacional contra el Bullying, le propusimos que cambiase de registro y grabase otro vídeo, pero esta vez más personal, para contar lo que realmente sentía él frente al acoso escolar».
Tras una conversación con sus progenitores, Iker decidió hacerlo. «Me armé de valentía y me quité el miedo», subraya. Y no puede estar más satisfecho y convencido de haber hecho lo correcto. «Sé que hay más compañeros en la escuela que están pasando por lo mismo y a los que este vídeo les va a ayudar». Y a muchos de los miles de internautas que le han dado un 'like' a su vídeo, «aunque lo que más me ha sorprendido y llegado al corazón son los comentarios tan profundos que me están llegando de mucha gente, no me esperaba esto».
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