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Iker Murillo: «Nuestra idea es formar a bailarines sin que tengan que abandonar sus raíces»

Iker Murillo, bailarín y fundador de Studio 24

Tras veinte años de bailarín en compañías internacionales, el pasaitarra inaugura hoy su estudio de danza.
Egilea
Iratxe de Arantzibia
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
Pasaia
Mota
Elkarrizketa
Data
2017/09/28
Lotura
Diario Vasco

Abandonar a su familia, su casa y su pueblo a los quince años es, probablemente, una de las decisiones más difíciles que ha adoptado Iker Murillo (Pasaia, 1978) en la vida. El niño que había sido campeón de aurresku se convirtió en un elegante bailarín clásico que despuntó en compañías de Alemania y Suiza. En la cima de su carrera en el prestigioso Béjart Ballet de Lausanne, el intérprete pasaitarra sintió la añoranza de sus raíces. Hace dos años, su marido, el bailarín y coreógrafo Vitali Safronkine, y él decidieron volver a casa para desarrollar proyectos personales como fundar su propia compañía, Uniqart. Hoy están de enhorabuena porque inauguran en Pasaia la academia de danza Studio 24, con la intención de que otros no tengan que formarse lejos de esa casa a la que Iker Murillo tanto echó de menos mientras hacía sus mejores piruetas en el extranjero.

- Al finalizar la temporada 2014/2015 se retiró del Béjart Ballet de Lausanne, ¿qué ha hecho desde entonces?

- Cuando dejamos la compañía, quise tomarme un año sabático para cargar las pilas con mi familia, estar con mis amigos y disfrutar un poquito, porque psicológicamente las últimas temporadas en el Béjart Ballet de Lausanne habían sido muy duras.

- ¿Cómo se fraguó la idea de volver a casa?

- Echaba de menos a la familia en pequeños detalles como las comidas familiares de los domingos, los cumpleaños, ver crecer a mis sobrinos o disfrutar del último periodo de vida de la amona, que, por desgracia, falleció en febrero. Mi marido y yo queríamos formar nuestra propia compañía y de cara al futuro, fundar una escuela y estar cerca de los nuestros.

- ¿Fue difícil tomar la decisión?

- La decisión no fue fácil, pero volvimos con ilusión y ganas de sacar nuestro proyecto adelante. Nos gustaría dar la vuelta a la mentalidad en cuanto a la enseñanza de la cultura que hay aquí. Queremos enseñar a los niños y a los mayores a tratar la cultura con cariño y respeto. Sabíamos a lo que veníamos y sabemos que no va a ser fácil, pero tenemos el cariño de la gente del pueblo. Ésta es mi tierra, son mis raíces, es mi pueblo y afronto este proyecto con mucha ilusión. Me gustaría participar activamente en la vida cultural de Pasaia, porque he sido un digno embajador de mi pueblo allí donde he ido. Para que Pasaia se dote de contenido cultural, tendría que existir una mejor comunicación entre todos los que formamos parte de la cultura aquí.

- El primer paso fue crear la compañía Uniqart.

- Durante una gira en Bruselas con el Béjart Ballet de Lausanne, se nos ocurrió crear nuestra compañía, con la intención de hacer alguna actuación que otra. También queríamos llevar el ballet a sitios únicos que te abren a otro tipo de público. Hemos actuado en lugares como en un campo de polo en el Burj Khalifa de Dubai, en los jardines de un palacio en Inglaterra, en el Hotel du Palais de Biarritz o en los jardines de Zuloaga en Segovia, en unos viñedos... Con Uniqart hemos bailado en Corea del Sur, Alemania, Francia, Nueva York e incluso en el prestigioso Festival de Miami.

- Pero ahora van un paso más allá: fundar su propia academia de danza.

- Gracias a una Master Class organizada por Dantzabiz, en Bilbao, descubrimos que nos gustaba trabajar con niños, aportar toda la enseñanza de lo que habíamos aprendido durante estos años y poder transmitirla a los jóvenes alumnos que tienen la ilusión de llegar a ser algún día futuras estrellas.

- ¿Qué importancia tiene su marido, Vitali Safronkine, en los actuales proyectos?

- La opinión y el apoyo de mi marido son súper importantes. Vitali es mi otra mitad; me emociono diciéndolo, pero es así. Ha habido muchos momentos de nuestra carrera que no han sido fáciles, pero el apoyo de una persona de tu misma profesión, es esencial. Es muy bueno que una persona te entienda sin tener que explicarte, aunque en contra, son muchas horas de trabajo juntos, pero intentamos no hablar de trabajo una vez que se acaba el ensayo. Además, tenemos muy buena química a la hora de bailar. Somos un equipo y todo lo hacemos entre los dos.

- ¿Cuál es la meta final de la formación en Studio 24?

- Nuestra idea es formar a bailarines profesionalmente sin que tengan que abandonar sus raíces, salir de su casa y alejarse de su familia. Todos los que hemos querido hacer una carrera profesional en la danza nos hemos tenido que ir fuera, porque aquí no hay nada para formarnos lo suficiente antes de hacer una audición.

- ¿Qué disciplinas se van a impartir en el centro?

- Queríamos abrir un poco el abanico de opciones para que todo tipo de gente a la que le guste bailar pueda encontrar su espacio. Por las mañanas va a haber gimnasia de mantenimiento, GAP - Glúteos, Abdominales y Piernas-, Pilates, Pilates Armony, Pilates para embarazadas. Por las tardes, ballet para alumnos a partir de los 4 años, ballet para adultos, danza contemporánea, hip-hop, yoga y Pilates. Las clases se van a impartir en euskera, castellano e inglés, porque creemos que es imprescindible que los niños comiencen a familiarizarse con un idioma que es básico a la hora de salir de aquí.

- Habiendo sido bailarín profesional en importantes compañías europeas, ¿qué va a aportar de especial a sus clases?

- Pienso que lo más importante para empezar a dar clases es tener una buena base profesional. Sin duda, una persona que no ha ejercido profesionalmente, no puede aportar lo mismo que nosotros con nuestra amplia carrera como bailarines.

- ¿Cómo se les ocurrió el nombre de Studio 24?

- La palabra 'studio' la tomamos de unos estudios de Nueva York, porque queríamos que fuera algo diferente a una academia o a un centro de danza. Y el número 24 hace referencia al año en el que nació la amona. Me voy a quedar con la espinita de que no vea esto, (se emociona). Además, yo he estado 24 años fuera de casa, así que es un número especial para mí.

- Por su experiencia, ¿qué debe hacer un joven bailarín en Euskadi para llegar a ser profesional?

- Un paso importante para otros compañeros y para mí, ha sido que hemos tenido que dejar nuestra ciudad, nuestro pueblo, nuestras familias para poder hacer una carrera profesional. Mucha gente se queda por el camino, porque esto es muy duro y muy disciplinado. Tienes que sacrificar cosas como esquiar, montar a caballo, patinar, ir en moto, porque corres el peligro de lesionarte y que perjudique a tu carrera. Es muy duro tener que dar a tu trabajo todos los días un 100%, tanto física como psicológicamente. Te tiene que gustar mucho para seguir adelante.

- ¿Cómo queda el proyecto Uniqart desde el momento de inaugurar el estudio?

- Compaginaremos la escuela con la compañía. De hecho, mañana nos vamos a Alemania, bailamos sábado y domingo, y el lunes a las 9 de la mañana empiezan las clases de 'Studio 24'.

- Usted se inició en la euskal dan-tza y fue campeón de aurresku, ¿cómo ve la situación de la danza en Euskadi?

- La euskal dantza son mis raíces, mi pasión. Soy el primero que me pongo a bailar cuando suena un fandango o un arin-arin, porque me hierve la sangre y es mi cultura. Pero me gustaría que el ballet clásico y neoclásico llegue al mismo nivel de aceptación social que la euskal dantza. En Euskadi, hay una vocación muy importante gracias a la euskal dantza, pero echo en falta en la programación que haya una oferta más diversa que incluya compañías clásicas y neoclásicas. Teniendo los bailarines clásicos que tiene Euskadi, se podría crear un bonito espectáculo y la gente está deseando vernos bailar. Tiene que haber de todo, para todo tipo de públicos y en todo tipo de teatros. Que no nos quedemos estancados sólo en euskal dantza y en la danza contemporánea.

- ¿Satisfecho con su carrera internacional como bailarín?

- Estoy más que satisfecho con mi carrera, porque he compartido escenario con grandes bailarines, he bailado en escenarios que todo bailarín ha soñado como el Mariinsky de San Petersburgo o el Bolshoi de Moscú, he trabajado con coreógrafos con los que todo el mundo desea trabajar. Los amigos que tengo en esta profesión, todo lo que he aprendido, las experiencias que he vivido, los lugares maravillosos que he conocido, todo esto me lo llevo conmigo. Son muchos sacrificios para llegar hasta donde he llegado, pero estoy súper satisfecho. 

Iker Murillo
nació en Pasaia el 4 de julio de 1978.
Inicios
En euskal dantza, con el grupo Alkartasuna de Pasaia y, después, con el grupo Ereintza de Errenteria. Campeón de aurresku con once años.
Formación
Con maestros como Maite Egiguren, Koldo Zabala, Mentxu Medel o Carmen Roche y en la escuela de John Cranko en Stuttgart (1995-1997).
Compañías
Saarländisches Staatstheater (1997-2001), Ballet de Zúrich (2001-2010), Ballet de Basilea (2010-2011), Béjart Ballet de Lausanne (2011-2015), Uniqart Dance Company (desde 2015).
Galardones y reconocimientos
La revista 'Ballettanz' le nombró 'Joven Promesa de la Danza 2002' y 'Bailarín del Año 2008'. Premio Revelación de Gipuzkoa 2008.                     

Iker Murillo salta con los brazos en alto junto a su marido, Vitali Safronkine, en su nuevo estudio.

Iker Murillo salta con los brazos en alto junto a su marido, Vitali Safronkine, en su nuevo estudio. / MIKEL FRAILE

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