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Igor Yebra cree que el mejor impulso para la danza es la creación de escuelas
El bailarín vasco debutó ayer en baluarte con 'coppélia' y el ballet de la ópera de burdeos
Igor Yebra, uno de los mejores bailarines de clásico de todo el mundo, actuó ayer por primera vez en el Auditorio de Baluarte en Pamplona, como solista invitado del Ballet Nacional de Burdeos en el montaje Coppélia que hoy de nuevo se repone en el mismo escenario. Antes del estreno, Yebra mantuvo un encuentro con los medios de comunicación en el que habló no sólo de su papel en este nuevo ballet sino de la situación de la danza en España. En este sentido manifestó su alegría por poder bailar en su país para que "mi familia pueda verme actuar sin tener que viajar" pero al mismo tiempo reconoció su tristeza porque la precaria situación que a él le obligó a abandonar sus raíces con sólo 14 años para dedicarse a la profesión que había elegido no ha mejorado.
Aseguró que en España todavía existe un gran desconocimiento sobre el ballet clásico en general, sobre lo que exige y sobre como se puede apoyar. "Acabo de conocer el escenario del Kursaal y ahora este magnífico espacio de Baluarte y veo que se están abriendo grandes auditorios pero tengo la sensación de que se está empezando la casa por el tejado porque lo importante sería que cada ciudad tuviera un gran conservatorio y una buena escuela de danza. Hay que empezar desde la base". Por ello insistió en la necesidad de crear en España escuelas de danza a la vez que solicitó para el ballet clásico "más valentía" por parte de los programadores de espectáculos y una mayor implicación de los políticos. "No lo digo por decir, sino con conocimiento de causa; y no lo digo para mí, que ya tengo mi carrera asentada, sino para las nuevas generaciones. He hablado con muchos políticos sobre la necesidad de apoyar la danza pero al día de hoy no les interesan los proyectos a largo plazo y la realidad de la danza no se resuelve en los cuatro años que dura una legislatura".
Su experiencia
Igor Yebra aparece en Coppélia vestido de marinero, como Fred Astaire, de quien se declaró un gran admirador, "puesto que gracias a él comencé en el mundo del baile". Eso ocurría cuando tenía 14 años, edad a la que dejó su Bilbao natal "no por elección, sino por obligación" para iniciar su periplo por escuelas y ballets de todo el mundo.
Igor Yebra deseó que los niños y niñas que quieren estudiar ballet clásico no pasen por lo mismo que él, ya que cree que "lo más importante es la familia y las raíces", y explicó que "no es bueno para la formación de cualquier niño que se aleje de todo y se vaya fuera de su casa". Por este motivo, deseó que España "deje de ser un país que dice estar a la altura de las grandes potencias culturales, cuando en cultura, danza y ballet clásico estamos a años luz de otros países", dijo.
"El país que no le da a la cultura la importancia necesaria no le da importancia al corazón, a la imaginación y al sentimiento", reflexionó.
El bailarín aseguró que lo mejor para impulsar la cultura en España es dar más ayudas a las escuelas. El vasco indicó que cualquier país europeo tiene varias compañías grandes de danza, subvencionadas por el Estado. "España, por el contrario, tiene sólo la Compañía Nacional de Danza, pero que tiene un repertorio limitado, así que no tiene compañías al nivel de las del resto del mundo", expuso.
Respecto a la posibilidad de montar una compañía propia, Igor Yebra explicó ese no es su objetivo y que la solución está en apoyar la danza desde la base en todos los sentidos. "A la hora de programar por ejemplo es más importante tener ideas que tener un gran teatro, igual que es importante que cada ciudad tenga un buen conservatorio y buenas escuelas de danza porque sólo así se acabaría con el desconocimiento que existe en torno al ballet". A su juicio, ésos son los pasos que se han dado en todos los países en los que él ha estudiado y bailado. Y es que durante los últimos ocho años ha actuado en varios espectáculos internacionales como solista y aunque ha tenido propuestas para volver a bailar a España ninguna le había convencido hasta ahora, porque no se trataba de un ballet completo, como en esta ocasión. "La última vez que hice un ballet completo fue hace 5 años", dijo al tiempo que lamentó que por no poder actuar en su país, "mis abuelos murieron sin verme bailar".
la actuación El bailarín Igor Yebra manifestó su deseo de que la actuación de esta tarde en Pamplona sirva para que "la gente rompa con los prejuicios y deje de estar en contra de algo que se desconoce".
Sobre el escenario representará Coppélia con el Ballet de la Ópera Nacional de Burdeos, dirigido por Charles Jude, y con música de Léo Delibes. El reparto está encabezado por Emmanuelle Grizot, en el papel de Swanie, Igor Yebra en el de Fonzy, y Charles Jude en el de Coppelius. "No es el típico ballet clásico, ni la típica tragedia, sino que se trata de una obra cómica", explicó. Y es que, para el bailarín, interpretar una obra cómica y más en los tiempos actuales "está muy bien", tras lo que añadió que se trata de una coreografía adaptada a los tiempos actuales aunque la técnica "es puramente clásica".
Coppélia , una de las obras más famosas del repertorio tradicional de danza, fue escrita por Léo Delibes en 1870 basándose en la historia El hombre de arena del alemán Hoffmann. Cuenta la historia del joven Franz, que deja a su novia Swanilda y se enamora de Coopélia, una muñeca animada creada por el científico y mago Coppelius.
La adaptación ha corrido a cargo del director Charles Jude, a quien Yebra alabó como director y bailarín "estrella" de la Ópera de París, y explicó que si accedió a trabajar con esta compañía fue debido a que Jude fue alumno "predilecto y aventajado" del famoso bailarín Rudolf Nureyev, de quien "ha seguido su escuela y tradición", aclaró.
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