Dokumentuaren akzioak
Igor Yebra reúne en Bilbao a tres de los mejores bailarines vascos en la diáspora
Alicia Amatriain, Itziar Mendizabal e Iker Murillo actúan en el Palacio Euskalduna. Trabajan desde adolescentes con compañías extranjeras «porque aquí no hay ofertas»
Junto a ellos estarán las promesas del baile a las que la Asociación
Bilbao Ballet Elkartea quiere hacer un hueco para que demuestren a un
público con no muchas oportunidades de ver este tipo de espectáculos lo
que se hace en la ciudad. También actuará el grupo de danza tradicional
vasca Beti Jai Alai. Todo ello, en la segunda gala 'Los vascos y la
danza', iniciativa de la asociación que se constituye en «espectáculo
único, porque no hay gira, sólo puede verse aquí estos dos días».
Alicia
Amatriain, Iker Murillo e Itziar Mendizabal sabían desde niños lo que
querían. Bailar, a pesar de «la disciplina, el trabajo y los
sacrificios, como el de estar lejos de casa», describe Murillo. Nacido
en 1978 en Pasaia, es ahora solista en el Ballet de Zúrich tras pasar
por la Escuela de John Cranko en Stuttgart. Por allí estuvo también
Amatriain (San Sebastián, 1980), bailarina principal en Stuttgart. A
Mendizabal (Hondarribia, 1981), su otra compañera de gala, la conocen
de sobra: los tres han coincidido en escuelas y ballets. Así que ésta
es una oportunidad de reunir sus talentos y sus vidas. Llegaron el
domingo por la tarde y no pudieron evitar estar hasta la medianoche
poniéndose al día. Entre ensayo y ensayo, lo siguen haciendo.
Hablan
de sus muchos compromisos, de la suerte de que las vacaciones estén a
la vuelta de la esquina; del «apoyo y los nervios» que supone bailar en
casa, con familia y amigos sentados en el patio de butacas; de lo raro
que es danzar en cualquier sitio excepto en el País Vasco y de lo que
harán después. Mendizabal teme que, si no cambian las cosas, colgar las
zapatillas como bailarina será «empezar de cero otra vez. No existen
convalidaciones, ni títulos para los que nos dedicamos a bailar».
Amatriain piensa en estudiar otra cosa; «aún no sé qué, pero algo hay
que tener», sonríe.
Estos tres vascos internacionales se han
traído a sus 'partenaires'. Era el objetivo de la asociación: que cada
pareja pusiera en escena dos piezas habituales de su repertorio. La
ventaja es que «hay 'feeling', nos conocemos de sobra» y el público
puede disfrutar de una actuación preparada con bailarines
compenetrados. Como si llevaran meses ensayando, cuando sólo han tenido
dos días para estar juntos. «Tiene que haber algo en común en la pareja
de baile, si no el público aprecia que algo no va bien», dice Murillo.
Jason
Reilly con Amatriain, Galina Mihaylova con Murillo, y Jean-Sebastien
Colau con Mendizabal vestirán el Euskalduna con dos piezas cada pareja;
desde las más clásicas y neoclásicas, como 'El cisne negro', a las más
modernas del estilo de 'Mona Lisa', creada para Amatriain y Reilly en
Stuttgart y que la donostiarra define como «un paso a dos cómico» que
«nadie más interpreta pero que fascina en las galas».
En esta
segunda gala de 'Los vascos y la danza' estarán también Oksana Kucheruk
y Roman Mikhalev -bailarina estrella y primer bailarín de la Ópera de
Burdeos- con dos piezas, una de ellas la 'Sonatina' de Ravel. Y la
ganadora del Primer Premio Bilbao para Jóvenes Bailarines, Sara
Etxebarri, que con 13 años se plantea irse «a Madrid cuando llegue a
Bachillerato». Uno de esos sacrificios por el que su madre, bailarina y
profesora de flamenco en Getxo -«me lo ha enseñado todo»-, no quería
que la niña comenzase a bailar. Ahora «compartimos muchas cosas y yo sé
que ella está contenta», dice Sara. Mostrará su talento con una
bulería: «No podría elegir entre el flamenco y el clásico». Pero su
sueño es uno: «bailar en la Compañía Andaluza de Cristina Hoyos».
Dokumentuaren akzioak