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Humor y puntas masculinas de Les Ballets Trockadero de Monte Carlo en el Teatro Arriaga

Egilea
Ane Arruti
Komunikabidea
Gara
Tokia
Bilbo
Mota
Albistea
Data
2010/04/17

Catorce bailarines masculinos forman parte de la compañía Les Ballets de Trockadero de Monte Carlo que desde ayer y hasta mañana hacen escala en el Teatro Arriaga de Bilbo. La compañía nació en 1974 en Nueva York, con el objetivo de interpretar piezas de la danza clásica pero con el propósito de parodiar las formas tradicionales.

«Nació como algo marginal, underground. Empezaba muy tarde y la gente iba a ver el espectáculo de Broadway y luego venía al nuestro, en las jornadas nocturnas de Off-off Broadway», dijo Tory Dobrin, el director artístico de la compañía. Pero de las malas críticas recibidas los primeros años, han pasado a actuar en los mejores escenarios de todo el mundo.

Lo curioso de este peculiar ballet es que se compone de exlusivamente de hombres, bailarines profesionales especializados en el repertorio clásico y ruso, que ejecutan todos los roles, «incluso las femeninas puntas de los pies, representando con igual profesionalidad y sin ánimo de ridiculizar roles de cisnes, ninfas del agua, románticas princesas o damas victorianas».

«En ningún caso queremos engañar al público, bailamos ataviados con ropa de mujer, pero sin hacer creer que somos mujeres», puntualizó Dobrin. Según señalaron, «el hecho de que varones ejecuten todos los roles -el peso de un hombre balanceándose precariamente sobre las puntas de los pies con la pretensión de representar cisnes, sílfides...- engrandece, en lugar de ridicular, el espíritu de la danza clásica».

«Duele», bromeó el veterano bailarín Fernando Medina sobre bailar en puntas, «es algo que sólo lo hacen las chicas porque te hace parecer ligero y frágil». El recién incorporado Giovanni Ravelo añadió que «técnicamente es un reto, supone lograr cosas que no están hechas para ti. Es doloroso, pero muy interesante».

La compañía asegura que es la única profesional que no recibe subsidios del gobierno estadounidense y que sólo se mantiene de la taquilla de los espectáculos. «Por eso no nos ha afectado tanto la crisis. Además, gracias a la comedia estamos trabajando mucho, porque a la gente no le apetece ver dramas», reflexionó Medina.

El programa que representan incluye pequeñas piezas de diferentes obras. Comienza con el segundo acto de «El lago de los cisnes», de Tchaikovsky, y le siguen «Pas de deux», «Le grand pas de quatre» y «Majísimas».

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