“Bailamos para recordar quiénes somos y de dónde venimos, para honrar a nuestros antepasados y para celebrar la vida. Bailamos para expresar nuestra alegría y nuestro dolor, para liberar nuestra ira y dejar ir nuestro dolor. Bailamos para conectarnos con lo divino, para sentir la energía del universo fluyendo a través de nosotros. Bailamos para estar vivos”. Con estas palabras de Manuel Altolaguirre, poeta malagueño, nos da la bienvenida la exposición que celebra el sexagésimo aniversario del Grupo Municipal de Danzas de Tudela. 

Corría el año 1964 cuando el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Tudela, Jacinto Durán, consiguió una partida en los presupuestos para crear en la ciudad un grupo de danzas. La presentación del colectivo tuvo lugar al año siguiente, en el patio de Castel Ruiz, en la que una treintena de jóvenes procedentes del colegio Elvira España, la peña El Tazón y la rondalla Muskaria constituyeron la primera generación del Grupo Municipal de Danzas de Tudela. Por aquel entonces, el alcalde de Tudela era Rafael Añón, todavía quedaba una década de dictadura y en Tudela no vivían más de 20.000 personas. 

Eran los tiempos de Acho Jiménez, Camino Marín, Ana Pili Riega, Ana María Lovera, Blanca Arcos, Tere Marín, Pili Colino, Isabel Castellano, Mari Ruiz, Ana María Marín, Blanca Álava, Tere Villafranca, Marisol Parra, Merche Arregui, José Luis Sangüesa, José Luis Morte, Javier Moneo, Juan José Domínguez, Matías Íñigo, Juan Carlos Cornago, Carmelo Palacios, Joaquín Zuazu y Carmelo Lorente. La primera generación de muchas.

Foto de familia de los exdantzaris y dantzaris del Grupo Municipal de Danzas de Tudela, con motivo del 50 aniversario de su creación.

Foto de familia de los exdantzaris y dantzaris del Grupo Municipal de Danzas de Tudela, con motivo del 50 aniversario de su creación. Juan Antonio Martínez

Desde entonces, han sido centenares de personas las que han pasado por el grupo, más de 500, y muchas las ciudades en las que han bailado vals, jota y fandango. Entre ellas, se encuentran las calles de Elizondo, Cáseda, Torralba del Río, Las Palmas de Gran Canaria, Lugo, Zaragoza y Alcalá de Henares. Aunque, sin duda, la actuación más especial, por lo exótica, fue en noviembre de 2006, cuando el colectivo fue invitado a bailar en el Festival Cultural de Yamaguchi (Japón).

Para el recuerdo quedan los primeros Festivales Internacionales de Danzas Ciudad de Tudela, tradición que arrancó en 1996 y que hoy constituye el acto principal de la semana de prefiestas de Tudela. Precisamente, en su ciudad de origen han tenido lugar algunos de los momentos más memorables, como la conmemoración del 25 aniversario del grupo en la plaza de los Fueros o el 30 aniversario en el Teatro Gaztambide, además de la celebración del Hermanamiento con Mauleón-Soule (Francia) y los actos durante los Carnavales y las Fiestas de Santa Ana.

Durante varias semanas y hasta el 1 de septiembre, la Casa del Almirante acogerá una exposición en la que se incluyen numerosas fotografías de los 60 años de la historia del grupo, álbumes de fotografías, premios y reconocimientos como el Premio Olentzero 2014 o el Quiosco de Oro 2016 y una colección de siete trajes empleados por el grupo. Todo un memorial para un colectivo al que todavía le queda mucho que bailar, como se aprecia en la frenética actividad de sus integrantes, liderados ahora por Paula Lacarra, y en la escuela infantil a la que acuden medio centenar de niños. Su resistencia y tesón son la garantía de su futuro y el recuerdo de nuestro pasado pues, tal y como apuntan dentro de la exposición, “en cada paso de baile, se encuentran las raíces de nuestra cultura”.