Gigantes y danzas para San Sebastián

La alcaldesa Maite Mañú hizo entrega de un cirio al santo de la localidad, como se viene haciendo desde 1426. En la misa se interpretaron una aurora y una jota que sólo se tocan dos veces al año

Abrían el grupo los cabezudos, corriendo y dando algún que otro mamporrazo a los niños que, sonrientes, les provocaban. Les seguían los seis lustrosos gigantes bailando al son de la comparsa, los más de 50 dantzaris, los timbaleros, los maceros, la Corporación del Ayuntamiento y, cerrando el numeroso grupo, La Tafallesa, interpretando el pasodoble A San Sebastián . La comitiva pasó por la Avenida Severino Fernández, la Plaza de cortés, la Calle Cuatro Esquinas, Navaz y Vides hasta la calle Túbal, que conduce al pórtico de Santa María.

A eso de las once de la mañana, empezó la ceremonia religiosa. Varios vecinos entraron, pero otros, hambrientos por el paseo, decidieron acudir a almorzar. La plaza de la iglesia se quedó prácticamente vacía, algún que otro niño se divertía con los gigantes que custodiaban la entrada a la parroquia. De un lado a otro corría Nerea Martínez, de 6 años, que estaba con una amiga de sus padres, Amaia Maritorena: "Somos una cuadrilla con niños de casi la misma edad y venimos aquí todos juntos. A los chavales les gustan mucho los gigantes y los dantzaris, primero nos quedamos abajo y vemos pasar todo, luego cogemos un atajo y nos metemos con la comparsa. Ahora bajaremos de nuevo a la plaza y veremos los bailes".

La misa fue presidida por Luis Miguel Medina, quien estuvo acompañado en el altar por otros once sacerdotes. Después de la homilía tuvo lugar la ofrenda del cirio, una tradición que se remonta al año 1426 cuando San Sebastián ayudó a superar la epidemia de peste que azotaba la ciudad. La alcaldesa de Tafalla, Maite Mañú, acercó el cirio encendido, adornado con un pañuelico rojo bordado, al altar mayor. En esta misa se interpretaron, de forma excepcional, ya que sólo se cantan dos veces al año, la aurora al santo y la jota A San Sebastián pedimos por ser patrón de Tafalla . Para finalizar la ceremonia religiosa, los tafalleses pudieron besar las reliquias del santo.

A las doce del mediodía, la comitiva se encaminó de nuevo a la Plaza de Navarra, llena hasta los topes de vecinos que esperaban ver bailar al grupo de danzas y a la comparsa de gigantes. Con motivo del 40 aniversario del grupo de danzas, más de 50 bailarines de todas las edades interpretaron Corros y la jota típica de Tafalla, La Pilindros junto a los gigantes. Javier Boneta, es uno de los dantzaris que tras 30 años sin bailar se puso el traje de Valcarlos estas fiestas: "Me gusta mucho el ambiente, hace muchos años que dejé el grupo, pero volver de vez en cuando está bien". Andrés Caballero es otro de los protagonistas de estas fiestas, pertenece al grupo de txistularis oficial del Ayuntamiento y acude a casi todos los actos en los que hay música. "Me gustan las fiestas al completo, por eso dormimos poco e intentamos llegar a todo", asegura Caballero.

A ritmo de gaitas y txistus los dantzaris y gigantes se retiraron, igual que la corporación y los vecinos. Todos tenían que reponer fuerzas para aguantar, con la misma alegría, el resto del día.