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Generaciones de bolantes unidos por las danzas

Con 8 años, Unai Madurga es el dantzari más joven de Valcarlos y baila junto al veterano del grupo, Mikel Etxarri, de 55 años

La tradición de bailar el domingo de Pascua se hereda desde pequeños, con un sentimiento que "no se puede definir con palabras", aseguran
Komunikabidea
Noticias de Navarra
Tokia
Luzaide-Valcarlos
Mota
Albistea
Data
2014/04/14
Lotura
Noticias de Navarra

Tradición, emoción, sentimiento, folklore, respeto y unión. Palabras que todos los dantzaris del grupo de Bolantes de Valcarlos comparten desde que visten su primer traje. Palabras que no entienden de edad, ni del periodo de tiempo que lleven bailando, puesto que, tal y como afirma cada uno de ellos, "la sensación que se experimenta al bailar no se puede explicar con palabras si no eres un bolante". Todo ese huracán de sensaciones vivido por la mayoría de valcarlinos se palpa en el ambiente del Bolant Eguna que se celebrará el próximo domingo 20 de abril. El único día de todo el año en el que el grupo de danzas encandila al público con bailes como Erdizka Lauetan, Egui, o Euskaldunak-Sorginak.

Mikel Etxarri lleva más de 47 años bailando, y a sus 55 años no ve final a esta andadura. A lo largo de todo este tiempo ha vivido cambios en el grupo de bolantes y ha podido compartir bailes en corro con muchas generaciones de dantzaris porque tal y como comenta, "el ser bolan- te es una tradición que se hereda y se mama desde pequeño". Entre los cambios que ha vivido, recalca el hecho de que "hoy en día los jóvenes están aprendiendo a bailar de otra manera". "La gente no está bailando con la música, sino con lo que alguien dice que tienes que hacer", precisa.

VíNCULO CON LA DANZA En su vida siempre ha habido lugar para estos bailes tan característicos; y desde siempre ha tenido un vínculo con las danzas, en Valcarlos, su pueblo natal, pero también en Pamplona. Con una sonrisa recuerda que en su época estudiantil mientras se encontraba con un amigo también valcarlino, vieron un cartel que anunciaba las clases en un grupo de danzas de la capital foral y no dudaron en asistir, pero para su sorpresa "cuando el profesor se enteró que éramos de Valcarlos, nos convertimos de inmediato en los profesores improvisados del grupo". A pesar de llevar tantos años bailando, tal y como comenta Mikel Etxarri, el mejor momento del Día de los Bolantes es amanecer. "Despertarse y saber que ha llegado el día. Ponerse el pantalón y bajar las escaleras despertando a todo el mundo con el sonido de los cascabeles", explica. Confiesa que la sensación de dar los saltos iniciales de ese primer baile "no se puede definir, puesto que para él el día de Pascua es completamente distinto a todos los demás".

Tal vez sea la diferencia de años en sus trayectorias, o el sentimiento que cada uno lleva por dentro, pero al contrario que Mikel Etxarri, a sus 8 años Unai Madurga, el bolante más joven del grupo, sí se siente nervioso antes y durante el día de Pascua.

CONCENTRACIÓN Y NERVIOS Este año será el segundo año que desfile por la calle y baile en el frontón Arretxe, y tal y como confiesa tímidamente "lo que más me ha costado son las antrexantas" (paso con el que se componen muchas de las danzas valcarlinas). A pesar de la dificultad de algunos pasos, disfruta mucho bailando la Martxa en el frontón y comenta que tal es su concentración que no mira a nadie al bailar. "No intento encontrar a la ama entre el público", precisa. Tanto es así que no se fija en los pasos que da su padre, el cual baila junto a él unas filas más atrás; y que también comparte este sentimiento de nerviosismo antes de entrar a bailar ante tanta gente. Entre ese público que Unai Madurga no observa, se encuentra su hermano Julen de cuatro años, junto a su madre emocionada. Pilar Etxepare, una de las muchas madres que se ha pasado desde febrero horas y horas confeccionando su traje e improvisando trucos como el de "dejar centímetros de dobladillo por si crece o le pueda valer a su hermano".

Unai Madurga aprendió a bailar las danzas en los ensayos, pero tal y como apunta Mikel Etxarri, "cada uno baila con su naturalidad agregándole el toque personal". "No somos un grupo perfecto; aquí bailamos gordos, flacos, viejos y jóvenes, todos lo hacemos a nuestra manera. Cuando ves bailar a alguien se nota que hace ciertos pasos igual que su padre o su abuelo, eso es lo bonito. Esa tradición que se transmite desde casa", comenta.

Ya falta menos para que el día 20 de abril suenen los despertadores en Valcarlos, y los bolantes tiñan de color la localidad. Levantarse, vestirse al son de esos cascabeles que tanto emocionan y maravillar al espectador con sus característicos pasos, "tan suyos". Algunos bailarán desde temprano en el barrio de Pekotxeta y Ventas, pero a las 12.00 horas todos se darán la mano en Valcarlos. Todos unidos sin importar la edad, puesto que todos desfilarán en la misma dirección y por el mismo objetivo. Vivir la tradición desde la piel de un bolante.

A la izquierda, Unai Madurga, y junto a él, el veterano Etxarri.

A la izquierda, Unai Madurga, y junto a él, el veterano Etxarri. (IURRE BIDEGAIN)

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