Gelabert baila a Haendel

Espectáculo de la compañía Gelabert Azzopardi

La compañía presenta dos obras: la primera, Sense fi, se presenta como un viaje interior que en nada se diferencia al de una espera orientada hacia el futuro. Según el autor, es una coreografía deslizante, paradójica, consciente de la inevitable flagrancia de la espera. Bien; lo que llega al espectador es una potente presencia de Gelabert cuya figura engancha especialmente, e imanta la mirada hacia la extraordinaria poética que otorga a movimientos cotidianos, a gestos que cobran una rara belleza al otorgarles un tempo extraño en la realización. Unas veces por la lentitud, otras por la rapidez, otras por aunarlos o prolongarlos en el otro. El cuerpo de baile retoma ese lenguaje y logra figuras muy bellas, ayudado en ocasiones por aparatos de luz, muy bien manejados, o por un cilindro lleno de mensajes que transmite una ingenua magia. Hay elevaciones muy solventes de bailarinas, y cierta contradicción en aliviar siempre la simetría con el baile suelto, sobre todo en brazos. Al final, la danza se relaja y no pasa de ser un baile entre amigos un sábado noche. (Quizás de eso se trata).

La segunda parte, Conquassabit , esta inundada por la todopoderosa música de Haendel. Música vocal e instrumental, con algunas modificaciones en la mesa de mezclas, francamente efectivas y muy bien hechas. Haendel entra en el cuerpo de Cesc Gelabert, y éste le responde con unos movimientos y unos gestos a la altura de la música. La primera intervención a solo es magistral. Inventa movimientos a partir del giro rápido de los brazos. Solemniza el paso en los tempos lentos. Se apropia, en definitiva, de la música como un motor creador de expresividad. Las arias, los recitativos, la música instrumental, se va posando en los solos -magnífico el solo del bailarín, en los pasos a dos, en los pasos a tres, y en el conjunto, siempre con una plasticidad luminosa y tostada-. Se enmarca la escena con una lona que aporta cobijo, inquietud, textura de suelo variada y, en definitiva, recursos escénicos hermosos. Se juega con la música entrecortada que, a su vez, describe la palabra conquasabit en el oficio de vísperas. Y se da réplica a las agilidades y coloraturas de la música con temblores del cuerpo que alargan la expresión hasta el espasmo o el grito. Todo termina en un brillante tutti con el toque personal del coreógrafo.

Un espectáculo entretenido, sobre todo en la segunda parte, que fue muy aplaudido por el público.

Dirección: Cesc Gelabert. Programa:Sense fi , música de Pascal Comelade; coreografía de Cesc Gelabert, y Conquassabit, con música de Haendel, coreografía de Gelabert.Programación: Ciclo Otras miradas, otras escenas del Teatro Gayarre. Lugar y fecha: Teatro Gayarre., 13 de mayo de 2009. Público: Buena entrada.