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Galdakao baila en Marsella
Andra Mari Dantza Taldea ondea la ikurriña en un ciclo de folclore francés
"Cuesta que nos incluyan como país pero de lo contrario no asistimos. Es nuestra lucha anual por bailar bajo la ikurriña", explica el secretario del grupo, Kepa Ajuria. Con esta premisa, los dantzaris viajan cada año a un país diferente organizador de festivales de folclore. En el que más pegas encontraron fue en Suiza el año pasado. Allí el embajador español dijo a la organización que como el Andra Mari procedía del Estado, tenía que bailar con la insignia rojigualda. Los galdakaotarras rehusaron actuar con esa norma y, finalmente, su presión dio el resultado esperado.
A pesar de esta cabezonería del grupo, este año no solo han recibido la invitación del festival de la ciudad de la Provenza, sino que han tenido la posibilidad de mostrar su talento en Bosnia. No obstante, la lejanía y el tener la vista puesta en Francia, han impedido su viaje a los Balcanes.
En Marsella, entre los campos de lavanda y hierbas aromáticas, los galdakaotarras están desde el viernes y hasta este domingo compartiendo la vida con los bailarines de la ciudad. De hecho, pernoctan en sus hogares, abiertos a los vascos. "Es una experiencia muy enriquecedora porque entablamos relaciones de amistad que hacen que luego quieran venir a Galdakao", explica Ajuria. El descanso y la buena comida les hará falta para reponer fuerzas ya que el programa del festival promete exprimirles al máximo. "Actuamos tres veces cada día entre pasacalles y romerías por la noche en las que enseñamos a bailar al público", añade.
Andra Mari taldea lleva viajando desde hace décadas, como muestra la foto en Québec de 1995. (A.D.T.)
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