«Nuestra principal fuente de ingresos son las bodas»

Aritz Salamanca, campeón de Aurresku

- ¿Cómo fueron sus comienzos?

- Siempre estaré agradecido a la mujer que me cuidaba de pequeño, Sebastiana Telletxea. Tenía yo cinco años y me animó a que comenzara en el grupo de danzas de Lezo. Después de 22 años aquí sigo.

- En la última pieza del campeonato, el zortziko, cada dantzari podía aportar un poco de su cosecha.

- A mí me gusta meter pasos que tengan que ver con saltos y que sean muy técnicos. No me gusta levantar demasiado la pierna en el zortziko.

- Hay gente que piensa que el mejor aurreskulari es el que más levanta la pierna.

- Ess uno de los aspectos importantes, pero no el único.

- ¿El campeonato de aurresku le pone nervioso?

- Cuando llega la primavera ya empiezo a pensar: ahí viene la txapelketa a finales de mayo. Y un montón de cosas me lo van recordando, y cada vez que lo recuerdo me entra el escalofrío. Y una vez que pasa la txapelketa es una tremenda liberación.

- ¿Qué le parecen los campeones de aurresku de los últimos años?

- Jon Maya ha sido una referencia, porque ha ganado siete campeonatos y, hoy en día, aunque no se dedique a ello, es un gran dantzari. Aiert Beobide e Ibon Huarte son también grandes dantzaris. Y quiero mencionar a otros que, al no haber ganado txapelketas, no tienen ese nombre, pero son muy buenos: Oier Imaz, Mederi Orbiso... Me ha tocado competir con ellos y, aparte de amigos, son grandísimos dan- tzaris. De pequeno me gustaba mucho Iñaki Lasa, un dantzari de Errenteria que tampoco ganó nunca el campeonato.

- Dominan los dantzaris de Oarsoaldea.

- Porque hay tradición de aurresku. Y si vas a Idiazabal o Azkoitia son más los que se dedican al baile al suelto, en parejas.

- El aurresku sirve cada vez más para inaugurar actos públicos.

- Sí, y yo también he bailado en ese tipo de situaciones: inauguraciones, congresos, bodas... Es más, yo creo que las bodas son la principal fuente de dinero para los grupos de danza. A veces va solamente un aurreskulari, pero está más generalizado que vaya un pequeño grupo de de cinco o seis dantzaris. Es una pena que tengamos que sacar dinero de las bodas, debería haber más subvenciones para los grupos.

- Y tengo oído que en los grupos de danza surgen muchas parejas y muchas bodas.

- En Goizaldi, por ejemplo, así ha ocurrido. Pero, curiosamente, en los 22 años que llevo en el grupo Murixka de Lezo nunca se ha formado ninguna pareja.

- ¿Los bailes vascos están en auge o en declive?

- Es algo cíclico. No se puede decir que estemos en el mejor momento, pero algunos grupos están con subidón. Lo que está claro es que hay falta de chicos. Aprovecho ahora para pedir que los chicos se involucren más.

- A usted la danza le ha dado mucho, me imagino.

- Pues sí. Además sientes que representas a una cultura.

- ¿Qué relación existe con los bailes de otros territorios vascos? ¿Es conveniente que cada grupo se especialice en los bailes de su zona?

- Yo creo que cada grupo debe bailar las danzas de su provincia, debemos conocer los bailes de las siete provincias. De hecho bailamos cosas de Lapurdi, de Zuberoa. Y cuando llegan los Dantzari Egunas se ve un auténtico hermanamiento y buen rollo entre los dantzaris de las diferentes provincias.

- Se suele decir que los bailes vascos son de cintura para abajo.

- Así es. El cuerpo debe tener una pose y los brazos deben estar bien colocados, pero el ejercicio se hace de cintura para abajo.

- El aurresku es un baile muy majestuoso y elegante.

- Nos ha paasado en muchos festivales internacionales que, cuando nos colocamos para hacer un agurra o un aurresku, la gente se queda impactada. No se esperan que un tipo de baile pueda ser tan solemne. Al fin y al cabo es un baile de honor.

- ¿Si la Real se salvara a quién le bailaría el aurresku?

- A todo el equipo, pero sobre todo a Savio, sin duda.

- ¿Sus padres son de Salamanca?

- No son de Salamanca, pero sí de Castilla y León. Vinieron aquí siendo chavales. Siempre se han sentido identificados con la cultura vasca y les ha gustado que yo sea dantzari.

- ¿Cómo han vivido el campeonato?

- Son los padres número uno. Les dediqué la txapela, porque me han apoyado en toda mi trayectoria. Estoy contento, además, porque ahora se cumplen 50 años de los primeros pasos para formar el grupo Murixka de mi pueblo, de Lezo.