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'Fama'Aquí baila hasta el perro

Komunikabidea
Noticias de Gipuzkoa
Mota
Albistea
Data
2008/11/06

En el repertorio hubo de todo; una pareja con un perro -bailaron los tres ante el regocijo del profesor Rafa Méndez-; un aurresku y una jota vasca que hicieron las delicias del director de la academia de Fama , Víctor Ullate, una chica que se saltó el mínimo de edad y consiguió hacer la prueba… Fuimos testigos de cómo se realizó el casting y recogimos las historias y los sueños de los jóvenes que persiguen el deseo de bailar.

Al llegar a la discoteca la impresión numérica es mayor, pero hay que tener en cuenta que muchos participantes viajaban acompañados de uno o varios familiares. El ambiente exterior era frío y húmedo y los jóvenes intentaban matar el tiempo de espera como podían. Los nervios se notaban en muchas caras, buscan una salida a una pasión: bailar.

Buscando la oportunidad Sandra tiene treinta años. Llegó a primera hora de la mañana, había salido de León a las dos y media de la madrugada. Trabaja en una financiera, pero su sueño es bailar: "Nunca es tarde y para eso estoy aquí. He bailado en discotecas, en fiestas, donde me han llamado, es mi pasión". Katiana llegó la víspera, es asturiana, quería estar relajada y por eso decidió dormir en un hotel en Bilbao y presentarse a las pruebas. Desde que era muy pequeña se recuerda bailando: "Creo que empecé a los cinco o seis años con ballet clásico, he evolucionado y también bailo hip hop".

Janire tiene veinte años y se dedica a la gimnasia rítmica, le apasiona el baile y cree que puede tener una oportunidad en la academia. A su lado está Janire Cardeñoso. Ha estudiado ballet clásico, ha bailado en Betizu , pero sus padres confían más en su profesión, auxiliar de farmacia: "Ellos creen que eso es más seguro y que lo de bailar es sólo una afición. Pero yo quiero bailar, me encanta y por eso estoy aquí".

Covadonga estudia Derecho, tiene 19 años y es una apasionada del funky. Da clases de batuka y tiene un sueño: "Quiero que me cambie la vida, que entrar en el casting sea empezar en algo que realmente me apasiona". Llevaba un día en Bilbao y es asturiana, de Oviedo. A su lado Endika, de Ortuella, está nervioso, tiene 21 años, estudia teatro musical y lleva siete años bailando. Ambos coinciden en que lo de bailar es una profesión difícil y que el casting de Fama es una gran oportunidad.

José tiene 34 años y condujo desde Girona durante toda la noche. Fue al casting de Barcelona y nos comentó que estaba en Bilbao porque le habían llamado de nuevo: "Bailo mi propio estilo, nunca he ido a ninguna clase, soy yo mismo bailando, autodidacta". Tiene un trabajo al margen del baile, dice que teniendo tres hijos es imposible dedicarse a lo que más le gusta a uno. "Éste es mi chico, se llama como yo José, a él también le gustaría presentarse, pero no puede". A su lado el joven asiente con la cabeza, sus catorce años le impiden participar.

Joana y Alba tuvieron el casting más cerca. Son de Castro y quieren ver hasta dónde pueden llegar en el mundo del baile. Saben que es difícil, pero quieren probar. "No perdemos nada, una experiencia más", dicen contentas mientras se mezclan con un grupo de aspirantes.

Naiara tiene veintisiete años, es madre de dos niñas, la mayor de tres años y la pequeña de nueve meses. No tiene cita pero sí esperanzas en que la vean bailar, si la cogen ya tiene todo previsto: el padre de las criaturas y la abuela, la suegra de Naiara, se harán cargo de las pequeñas. Es su sueño y quiere cumplirlo.

Eider, Jon y Pol -ella, él y el perro- fueron la atracción del jurado del casting y del grupo de bailarines que estaba haciendo la prueba en aquel momento. Rafa Méndez pidió al trío que mostrara su arte y quedaron todos con la boca abierta, a pesar de que Eider señaló que el animal no estaba en su mejor momento. Lo cierto es que Pol , el perro, se lanzó a bailar en cuanto empezó a escuchar la música, lo hizo con Eider y recibió el aplauso del resto de los participantes. Jon hizo una exhibición sin música y también fue aplaudido. "Fama está en vuestra casa, tiene que ser para veros a los tres bailando, cada uno con vuestro estilo". Rafa Méndez dio unas órdenes al perro y Pol las siguió sin ningún problema.

Marina tiene 17 años, es menuda, llegó desde Palencia, no cumple los 18 hasta mayo de 2009. Con desparpajo y muy serena explicó al jurado que había venido acompañada y que no estaba dispuesta a no hacer la prueba. Tras un momento de duda, Víctor Ullate y Sergio Méndez se miraron y accedieron.

Sarai e Iker son guipuzcoanos, de San Sebastián e Irun, respectivamente. Ella ha estudiado teatro musical, el mundo de la danza es difícil y por si acaso también estudia Turismo, busca su oportunidad igual que él. Aketza vive en Basauri y comenta que empezó en el mundo del baile con danzas vascas. Víctor Ullate le anima a que haga una demostración, sus compañeros le ayudan con las palmas y silban la melodía del aurresku. Después bailaría lo que llevaba preparado.

Imagen ampliada

Naiara espera turno hablando por teléfono.

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