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Falló el tiempo pero no la fiesta
La Euskal Jaia contó con una gran participación en los actos previstos a pesar del mal tiempo del fin de semana «Con los niños de excusa, se animan a vestirse de caseros», señala Oier Araolaza, miembro de Kezka Dantza Taldea
Los componentes del Club Deportivo Eibar se mostraban satisfechos por
la participación que hizo de esta fiesta un éxito. Más de 300 dantzaris
entre el sábado y el domingo y una carpa llena para la cena con cantos
del sábado y la comida popular del domingo son muestra de ello.
«Creo
que ha habido una participación amplia. Tanto la cena como la comida
han llenado la carpa de gente y también la feria del sábado por la
mañana tuvo una buena acogida» señala el miembro de Kezka Dantza
Taldea, Oier Araolaza.
«El concierto de Benito Ler-txundi
también fue un éxito, así como los juegos infantiles del viernes. Se ha
visto que hay una tendencia a participar en la Euskal Jaia y también a
vestirse de casero. Va habiendo un cambio generacional y algunos con la
excusa de acompañar a sus niños y otros sin esa excusa, se van
animando», indica Araolaza.
También el cierre de la fiesta con
la romería de Patxi Pérez contaba con una gran participación. «Él mismo
nos decía que venir a Eibar era una gozada porque se encontraba con
mucha gente dispuesta a bailar y a disfrutar», señala Araolaza.
Un 'plan B' positivo
Las
danzas han ocupado buena parte del protagonismo festivo con el festival
internacional que ha traído a Eibar a destacadas formaciones. «Hasta
ahora, el mal tiempo suponía un desastre. Pero esta vez tenemos la
sensación de que ha habido que hacer un cambio de planes, y el plan B
no ha sido malo», explicaba ayer Oier Araolaza, componente de Kezka
Dantza Taldea, una vez acabado el intenso fin de semana. No en vano, el
festival de danzas a celebrar el domingo, el más destacado por la
variedad de grupos, se tuvo que trasladar al Teatro Coliseo en lugar de
celebrarse en la plaza de Unzaga.
La previsión de mal tiempo no
evitó que el espectáculo previsto para el sábado por la tarde se
pudiese ofrecer en Unzaga. «El tiempo aguantó y se pudo ofrecer el
festival completo. El domingo hizo malo, pero para nosotros lo peor
suele ser la duda de si lloverá o no». Por eso, el tiempo desapacible
despejó cualquier duda y trasladó las danzas al Teatro Coliseo. «Es
diferente bailar en un teatro a hacerlo en la plaza. Entra menos gente,
pero se siente el calor del público muy cerca, hubo un ambiente muy
cálido», señala Araolaza. Entre los participantes, destacó la
espectacularidad de los portugueses, entre un nivel muy alto de las
formaciones participantes.
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