Dokumentuaren akzioak
Ezpatadantza, bailar al filo de los siglos
No hay unanimidad sobre su origen y su significado, pero nadie pone en duda que se trata de la danza ritual más antigua de Gipuzkoa
Bailar en el templo
Puede decirse sin
error que la ezpatadantza es la más antigua danza ritual-tradicional
que conservamos en Gipuzkoa. Su origen se pierde en las brumas de la
Edad Media y, por añadidura, tampoco es fácil determinar su
significado. El propio Iztueta la interpretaba como demostración de que
los guipuzcoanos, ante el riesgo de invasión, se reunían a combatir
«bailando alegres al son del atabal y tamboril, y acosando a los
malvados hasta expulsarlos rá- pidamente de su territorio». Para
Gorosabel es «la ofrenda anticipada que los guerreros hacían a la
Virgen antes de sus expediciones militares, o bien una acción de
gracias por esas mismas guerras después de sus victorias».
Otros
especialistas que la han relacionado con hechos militares citan en
concreto la batalla de Beotibar, a la que tal vez acudieran gentes de
Zumarraga a combatir contra los navarros.
Pero la verdad es que
la ezpatadantza no es un rito específico de Zumarraga ni tampoco de
Oñati, únicos lugares donde -esto sí- se sigue haciendo dentro de las
iglesias. Los bailes en el interior de los templos eran habituales en
nuestros pueblos, hasta que fueron abolidos por decisión de las
autoridades religiosas en el siglo XVIII. Quizás a ello aludiera el
folklorista Iztueta cuando recordaba que «En mi época de juventud, en
todos los pueblos de Guipúzcoa solíase representar la danza de espadas,
los días de Corpus y del santo Patrono; por eso la sabían tan bien».
Dicho lo cual arremetía contra los dantzaris de aquellos inicios del
siglo XIX, «que no aciertan a ejecutar un puente y andan sin poder
adivinar en qué mano se lleva la espada».
Por fortuna las cosas
han cambiado mucho y ahora nos solazamos con las bellas ejecuciones de
los ezpatadantzaris de Beasain (por San Martín de Loinaz), de Legazpi
(Santa Cruz de Mirandola), de Eibar (Virgen de Arrate), los de Deba,
con palos en vez de espadas (en su fiesta patronal, San Roque), así
como con los grupos de baile que en el Corpus Christi de Oñati,
Donostia y otras localidades recrean esta danza ancestral. Sin olvidar
a Zumarraga, único lugar donde la ezpatadantza tiene dos fechas y dos
escenarios: el 2 de julio en La Antigua, y hoy en la parroquia de la
Asunción.
Dokumentuaren akzioak