Ezpata Dantza mixta en Mirandaola

Por primera vez, las mujeres se unieron a los hombres en el baile de honor a los ferrone

Los nuevos tiempos se hicieron visibles ayer dentro del día de Mirandaola a través de dos aspectos de la fiesta. Por un lado, la Ezpata Dantza en honor a los ferrones fue interpretada por primera vez de forma mixta entre los grupos de baile Sustraiak y Korosti. Ocurría instantes después de que la ferrería de Mirandaola abriera sus puertas a los legazpiarras llegados en procesión con la reliquia de la Cruz y el párroco local Iñigo Mitxelena oficiara una misa santa. Las mujeres se unían entonces a los hombres para escenificar juntos el popular baile de espadas, que desde el año pasado, también se representa de manera mixta dentro del 3 de mayo, día grande de las fiestas de Legazpi.

La segunda primicia de la jornada se encontraba dentro de la propia ferrería, en su martillo pilón, que acaba de someterse a un profundo reajuste. La antiquísima maquinaria, cuyas primeras referencias escritas datan de 1401, había empezado a desplazarse de la base sobre la que debe propinar el golpe a las candentes piezas de hierro. Los ferrones habían recolocado el martillo en diversas ocasiones, pero era precisa una revisión más a fondo, que fue realizada el pasado 22 de abril por operarios de la Calderería Urretxu con satisfactorios resultados. Las labores consistieron en reajustar todas las cuñas del martillo y atornillar a su brazo una pieza de metal fabricada expresamente para actuar como tope. Tras estos arreglos, la maquinaria lucía ayer en todo su esplendor, golpeando con certeza cada pieza durante la espectacular demostración ofrecida por los ferrones a los visitantes.

La Cruz de Mirandaola fue otra de las grandes protagonistas del día. Bajo el misterio que la acompaña desde hace más de 400 años, la reliquia regresó ayer a su lugar original. Ezpata dantzaris, txistularis, autoridades y fieles la acompañaron desde la parroquia que la resguarda durante todo el año, hasta la ferrería en la que apareció el 3 de mayo de 1580. A las puertas de Mirandaola, seis ferrones, encabezados por Félix Tejedor en el papel de ferrón mayor, daban la bienvenida a la Cruz, iniciando con ello una bonita jornada de celebración, la última de las fiestas patronales. Dantzari txikis, bertsolaris, trikitilaris, un teatro escolar del 'Milagro de la Cruz' y una comida redondearon la romería.