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Expulsado por «bailar para los vascos»

Komunikabidea
Gara
Mota
Albistea
Data
2002/12/02

«Me acerqué a la sala donde se juega al mus y en una de las mesas estaba el presidente de la institución, Sandalio Monreal», recuerda a GARA Magliocchetti. «Sin siquiera mirarme me preguntó: '¿tú has bailado para los vascos?'». La respuesta fue afirmativa: «Le expliqué que un dantzari de Zazpiak Bat había sufrido rotura de ligamentos en una rodilla y necesitaban un reemplazo».



Este argumento no convenció a Monreal. «¿Y no sabes que no hay relación?», añadió. «Le dije que no. Además ­explica­, somos muchos los que participamos en ambas casas».



«¡Ah! ¿No te importa que haya problemas?», fue la réplica del director del Centro Navarro. El contestó que «no tenía problemas con nadie», y Monreal volvió a la carga: «Entonces, te importa un bledo lo que diga la Comisión Directiva».



«Le dejé bien claro que nunca tuve intenciones de contradecir a la directiva. El continuaba barajando los naipes, sin hablarme. Le insistí para mantener un diálogo, pero volteó la cara como si yo hubiera cometido un delito o algo parecido».



Tras esa reprimenda entró en juego la directora del grupo de baile, Carmita Batle. «Me comunicó que, por orden de Sandalio, debía retirarme del ensayo y del edificio. Le pregunté si me estaban echando, y ella dijo que sí». El pasado día 5, se reunió la directiva para analizar la expulsión. «La mitad apoyó la decisión y la otra abogó por una sanción acorde con la 'falta'. Esta falta de unidad provocó que, finalmente, optaran por darme un plazo de 15 días para 'reflexionar' mi actitud».



«Después me enteré, por un compañero, que en dicha reunión Monreal habló mal y con rencor de mi familia. El día 19 me presenté ante la comisión y les hice saber que ya me sentía expulsado», relata.



En señal de protesta, Maglio-cchetti envió una carta a todos los socios del Centro Navarro de Rosario en los siguientes términos: «Nos duele mucho el trato que se nos está dando, cuando no fui yo quien golpeó a otro socio o rompió algún símbolo navarro; tampoco fui yo quien fomentó la prostitución en el Centro. Estos hechos ocurrieron aquí, y pasan desapercibidos. Tampoco impulsé la discusión política ­añadía­. Sin embargo se me expulsa, cuando fuera del Centro hago algo totalmente coherente con mi forma de pensar y vivir».



«Mis hermanos también estaban en el grupo de música y de baile, y mi madre confeccionó los trajes. En nuestro corazón quedará grabado, ahora y siempre, nuestra participación en el Centro Navarro», comenta con nostalgia.

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