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Expresión y entusiasmo

Crítica, ITdanza Joven compañía de danza del Institut del Teatre de Cataluña

Egilea
Teobaldos
Komunikabidea
Diario de Noticias
Mota
Kritika
Data
2004/05/14

espectáculo sólido, muy bien preparado, variado y generoso de danza contemporánea y neoclásica que ofrece la joven compañía catalana, se accede, de entrada, vía pulchritudinis, como decían los escolásticos; o sea a través de la belleza. A medida que se van sucediendo las coreografías -evocando cada una mundos totalmente distintos-, nos damos cuenta de que estamos ante unos bailarines de gran oficio y facultades, cuyo interior bulle tambiém y desde el que surge un especial entusiasmo a partir de la soltura joven, pero también de la disciplina y de la preparación de escuela. El grupo se presenta con una desenfadada coreografía de Ramón Oller sobre escenas de playa. Una luz cálida y unos cuerpos gloriosos hacen una narración llena de sentido del humor de situaciones veraniegas a través de una coreografía que elabora pasos novedosos a partir de gestos cotidianos. Excelente el solo de presentación. Le siguió una coreografía de Stijn Celis -Stations -, que fue una maravilla de contrastes y de investigación del movimiento corporal. Partiendo del gesto puro y duro, de la mueca nerviosa, a veces; se consigue una rara belleza por el contraste de la oscuridad con el brillo del vestuario, del movimiento continuo con un adagio dilatado y denso, que servía de soporte musical. Hay abstracción y autonomía del cuerpo con respecto a la música, y del individuo con respecto al grupo; pero todo se aviene en el conjunto para sumergirnos en un mundo inquietante.



R ADICALMENTE distinto es el dúo Cor perdut de Nacho Duato con música de María del Mar Bonet; un derroche de luz y mediterraneidad, con una coreografía muy musical, de pasos sueltos pero bien definidos y acabados y muy bien bailada por la joven bailarina pamplonesa Pilar Abaurrea, junto con su compañero. La pareja lució la misma espontaneidad que surge de la música, con un especial acabado en los giros y una expresividad radicalmente positiva y muy bella. Pilar Abaurrea y Agurtzane Pérez son dos bailarinas que proceden de la Escuela Oficial de Danza de Navarra y que forman parte del elenco de esta compañía de altísimo nivel. Cerró la velada una dispersa incursión coreográfica en la música de Mozart, que tuvo pasajes francamente sublimes. Me sigue llamando la atención la osadía con la que los coreógrafos meten las tijeras, cortan y superponen la música de los clásicos sin ningún temor a interrumpir la coherencia compositiva. Los coreógrafos, por lo visto, se mueven por los impulsos que reciben de determinados pasajes de las grandes partituras. Aquí, Rui Horta, tras empezar por la fuga del Réquiem de Mozart, traída ya al final, va intercalando el Tuba mirum con la Flauta mágica; el Dies Irae con fragmentos de sinfonías.



E L resultado son ráfagas impresionantes de gran ballet que el conjunto desarrolla con espectacularidad, simetría y una energía francamente contagiosa. Eso sí, la maestría no es fugaz sino sostenida. La interpretación es mantenida y tensada por un soplo interior de fuerza dancística que subyuga, atrae e imanta al espectador. Un espectáculo muy bello y demostrativo de la versatilidad del conjunto que se mueve muy bien -y nunca mejor dicho lo de mover- en diversos mundos coreográficos.



TEOBALDOS

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