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Exhibición de talentos

Crítica, Gala Benéfica 15 aniversario estudio Thalia

Egilea
Ana Remiro
Komunikabidea
Diario Vasco
Mota
Kritika
Data
2006/01/05

Una bella y emotiva celebración la que supieron componer los ex alumnos del Estudio de danza Thalia que dieron cuerpo a este 25 aniversario transformado en sentido homenaje a su maestra Mentxu Medel. En el extenso programa en el que tuvieron cabida piezas de todo tipo, existía un indudable y especial atractivo que no era otro que el de disfrutar en vivo de figuras de primerísima línea en el panorama actual de la danza. Bailarines de la talla de Lucía Lacarra, Urtzi Aramburu, Jone San Martín o Iker Murillo compartieron escenario con otros tantos ex alumnos de Mentxu Medel que han hecho de la danza su medio profesional en distintos ámbitos y a distintos niveles. Fueron tres horas largas de espectáculo con un aforo abarrotado y absolutamente entusiasta. El ambiente fue festivo en todo momento pero sin duda la fiesta se tornaba en profunda admiración cuando bailarines «con mayúsculas» tomaban el escenario. Jone San Martín acompañada de Fabrice Mazliah exhibió fuerza escénica y excelencia técnica en dos propuestas muy contemporáneas firmadas por Forsythe conteniendo un alto interés coreográfico y una rotunda contundencia interpretativa. Urtzi Aramburu dejó sobre el escenario la estela de su tremendo talento expresivo, además de su singular eficacia y plasticidad en el movimiento. Iker Murillo junto a su pareja solista en el Ballet de Zurich contribuyeron con dos piezas de gran belleza coreográfica .En su magistral interpretación se dibujaba el gesto elegante y medido con exquisita precisión y absoluto dominio técnico. ¿Y qué podemos decir de Lucía Lacarra! ¿Que ella misma es la danza hecha carne y hueso tal vez? La experiencia de la danza en ella se torna en algo sublime. Su elegancia extrema y su total entrega subyugan a cada instante. El inverosímil movimiento de sus brazos, su exquisita languidez, su técnica y musicalidad certeras y su inmensa presencia embrujan y absorben la atención del público como nadie. Es tan etérea, tan perfecta, desprende una pureza tal, que emociona en un punto muy profundo.

Otros bailarines, ya a otro nivel, añadieron ingredientes de calidad y encanto a la gala, como la poderosa vitalidad de Jon Vallejo, la fluidez acrobática de Enero Alcaraz, el duende de Amaia Dorronsoro, el inquieto aplomo de Larraitz Ugartemendía o el folklore contemporáneo de Aukeran continuando con una serie de meritorios trabajos de los demás participantes que desde su faceta actual de profesores o estudiantes aportaron su particular esfuerzo coreográfico e interpretativo.

Una reconfortante revisión de lo logrado por lo que un día se inició en el estudio Thalia y que llenaron de orgullo y satisfacción no sólo a su merecidamente homenajeada maestra. Como mencionaba Angel Marco en la presentación, tendríamos que ser ciegos o insensibles para negar el gran éxito cultural que supone para todos los méritos artísticos de estas personas que forman parte ya de nuestro patrimonio cultural. ¿Felicidades Mentxu!

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