Euskal dantza en Japón

Hay que recordar que desde la pasada semana se encuentran en la localidad de Hakodate, participando en un festival folclórico de carácter internacional «conviviendo con otra cultura totalmente diferente».

Según explican, «aquí hace mucho calor, unos 30 grados Todos los días tenemos alguna actuación y con esos trajes... te puedes imaginar. Es más, en dos sitios nos han regalado abanicos. Ja, ja. Nos han recibido muy bien, la gente es muy educada. Además, nos están muy agradecidos. Nos dicen palabras en euskera, se sacan fotos con nosotros... En una ocasión, incluso un chico del público nos quiso ofrecer dinero. También nos han dicho que quieren ir a Euskal Herria. Estamos gustando mucho. Es una cultura totalmente diferente».

Además de las actuaciones programadas dentro del festival que les ha llevado a cruzar fronteras, los miembros de Alkartasuna han ofrecido, asimismo, algunos cursillos de euskal dantza a los japoneses. El resultado ha sido, tal y como indican los improvisados profesores, mucho mejor de lo esperado. «Han aprendido muy rápido y han estado muy a gusto, tanto los niños como los mayores», aseguran los antxotarras.

Tiempo para el turismo

Pero la estancia de Alkartasuna euskal dantza taldea en el país asiático situado a miles de kilómetros de Pasaia y con una diferencia horario de siete horas está dejando un sinfín de anécdotas de todo tipo a sus participantes. Y es que más allá de los compromisos artísticos con los que han de cumplir, «también hemos tenido tiempo libre y hemos estado conociendo Hakodate».

«La verdad es que la idea que teníamos sobre Japón era la de una ciudad adelantada en cuanto a la tecnología -prosiguen su relato-, pero Hakodate es bastante rural. En la parte vieja, donde actuamos todos los días, se pueden ver algunos templos típicos de Japón. Un día de éstos vamos a subir al monte de Hakodate para ver las mejores vistas de esta isla».

En cuanto a la gastronomía propia de la zona, señalan que «todavía no hemos probado el sushi, pero nos sale arroz por las orejas. Ja, ja, ja.». «Además, pasado mañana vamos a ir a una marisquería a desayunar. ¡Qué lujo!», añaden sin ocultar su entusiasmo.