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Estudiosos del folklore analizan en Abadiño su situación y las perspectivas
Según Emilio Xabier Dueñas, uno de los organizadores de la Jornada de Reflexión sobre la Danza y Música Tradicionales, el programa abarcaba cuatro grandes capítulos:investigación y estudio,enseñanza y fomento, divulgación y difusión y representación y espectáculo.
«En cuanto a investigación, he dado cuenta en mi conferencia de los pasos que se han dado hasta ahora. El folklore es un tema que no tiene cabida en la universidad, aunque entre el folklore y la etnografía y la antropología tampoco hay grandes diferencias. Los que han realizado trabajos de investigación en el campo del folklore lo han hecho sin formación, sin conocimientos previos y sin ningún apoyo económico. La investigación del folklore tiene además otro handicap: todo lo que podía haberse hecho en cuanto a recogida de datos del folklore tradicional ya se ha hecho», dijo Dueñas, acotando uno de los grandes temas que se analizaron ayer.
Dentro de lo que es la etnografía, Joxe Migel Barandiaran, por ejemplo, apenas prestó atención a las danzas tradicionales, posiblemente porque era cura, en opinión de Dueñas. Azkue recogió muchas melodías, pero tampoco tocó las danzas. Tampoco Julio Caro se interesó por la danza. «Después de Iztueta, que en el siglo XVIII realiza una labor comparable a otros que se realizaron en Europa, sólo tenemos a personas que dejaron trabajos sueltos, como Gascue, Txelu Etxebarria en Bizkaia o Francisco Arraras en Nafarroa. En Iparralde quien más trabajo de campo realizó fue Jean Michel Guilcher», prosiguió.
Para Dueñas, la danza no puede separarse del folklore. «La danza es parte del contexto festivo del folklore, por más que haya agrupaciones y asociaciones que trabajan la danza separadamente», añadió.
Dueñas habló también de los cambios estructurales que la incorporación de la mujer y de los niños ha provocado en el folklore. «¿Hay zonas en Europa en que se ha perdido la danza tradicional?», preguntamos a Dueñas. «Yo tengo la impresión de que sí» contestó y citó el ejemplo de Escandinavia. «Perdieron su propio folklore hace muchos años e incorporaron las danzas de moda que había en Europa, lo mismo que los vascos hemos incorporado mazurcas o polcas. Pero, a pesar de ello, estamos mucho mejor que en otros países. Yo diría que fue en la posguerra cuando perdimos mucho folklore que ya iba justo de fuerzas y que esa pérdida ha sido irreparable», dijo.
Josu E. Larrinaga habló de la enseñanza de la danza y la música tradicionales, Beltrán de la música tradicional y Karlos Sánchez aportó una reflexión en torno a la función del folklore en los tiempos posmodernos.
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