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Estética de seducción
Danza Ballet Biarritz
El personaje creado por Tirso de Molina y reelaborado por Molière, Don Juan,
protagonizó la primera parte. Malandain se inspira en un ballet del
siglo XVIII de Gasparo Angiolini para componer esta pieza, cuyo
principal aliciente es la construcción del rol del seductor amante
mediante tres bailarines. La escenografía compuesta por mesas y
banquetas de base triangular, proporciona múltiples utilidades de cara
a crear espacios escénicos, en los que discurren solos y pasos a dos,
principalmente. Los momentos más apoteósicos de la obra se producen en
las escenas grupales de luto, seducción y muerte, en cromatismo negro,
blanco y rojo.
Lejos de cánones musicales- sin emplear la ópera homónima de Bizet-, la Carmen del segundo acto es una mujer atractiva, pero carente de sensualidad. Más narrativa que Don Juan,
la obra de Malandain simplifica la historia, liberándola de gran parte
de las pasiones encontradas que la caracterizan. Más allá de la
belleza, del formalismo y de la estética, la Carmen
de Malandain pide a gritos una mayor carga de picaresca. Amarillo,
símbolo de mal fario, y negro de luto son los colores que describen la
obra y a su protagonista, que, en la parte masculina, tuvo en el
donostiarra Mikel Irurzun del Castillo a un eficaz Don José. Hoy, a las
20.00 horas, segunda oportunidad de celebrar el décimo aniversario del
aplaudido Ballet Biarritz.
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