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Estella y sus tres ineludibles de la tarde de caldereros
La ciudad abrió el sábado el primero de sus tres fines de semana de carnaval con su ruidoso desfile de cacerolas y zíngaros
No faltó el sábado ninguno de los tres elementos ineludibles de esta tarde: el ruido de las cacerolas, la música tradicional y los trajes de disfraz. Características todas con un por qué, nada baladí, que centraron un año más esta fiesta etnográfica. Quienes participaron en el desfile tocaron sin parar sus cacerolas, perolas y sartenes, del mismo modo que los caldereros hacían en su tiempo cuando llegaban a una población. Se hacían notar con el sonido de la hojalata y el cobre, que trabajaban a la perfección, y así avisaban a los vecinos de su llegada.
UN CENTENAR
Como recordó el artesano local Carmelo Boneta Lopetegui se asentaban siempre en Cordeleros y, por las noches, cantaban alrededor de sus hogueras. De ahí, que el grupo llevara el sábado consigo la música de la fanfarre Alkaburua y los gaiteros Deirri. "Me acuerdo perfectamente de cuando venían a Estella. Reparaban en la puerta de las casas lo que cada uno sacaba y también vendían piezas nuevas. Metían mucho ruido. Venían con su cultura, sus collares, sus sombreros y sus trajes típicos", contó.
Él fue una de las personas que se caracterizaron como ellos e iniciaron en la calle Valdeallín el recorrido por la ciudad. Esto es: Valdeallín, calles la Estrella, el Puy y Mayor y plazas de Santiago y Los Fueros. Miembros de la Asociación de exdanzaris Francisco Beruete aportaron sus bailes al son de canciones tradicionales, algún pasacalle, jota y polca.
Algunos de los que se disfrazaron de zíngaros en la tarde de caldereros de Estella durante uno de los puntos donde se detuvo el desfile para bailar. montxo a. g.
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