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Hemen zaude: Hasiera Hemeroteka «Espero ver a mis 80 años la paz en el País Vasco aunque sea difícil»

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«Espero ver a mis 80 años la paz en el País Vasco aunque sea difícil»

Gerardo Viana, evacuado a la Unión Soviética. Bailarín y coreógrafo, en silla de ruedas por un accidente de tráfico, fue evacuado a la URSS en 1937 tras el fusilamiento de su padre

Egilea
Luis Caldevilla
Komunikabidea
Diario Vasco
Mota
Elkarrizketa
Data
2006/09/06
- Es usted un superviviente.

- Sí y por partida doble. El 15 de octubre habrán pasado ya 81 años desde que nací en un pueblo de Vizcaya. Y a la edad hay que añadir todo lo que he pasado en esta vida.

- ¿Cuándo y cómo fue su exilio?

- Marché un 12 de junio de 1937 hacia la Unión Soviética y lo tuve que hacer solo, porque a mis dos hermanos, de un año más y uno menos que yo, no se les permitió acompañarme tras el fusilamiento de mi padre en Burgos por los franquistas.

- ¿Qué trato recibió en su patria adoptiva?

- El régimen comunista nos dio un trato muy bueno en el plano educativo. Yo tengo dos carreras: en coro superior y coreografía por universidades de San Petesburgo y Stalingrado. No me faltó el trabajo como coreógrafo y bailarín, el piso ni la comida, pero no teníamos libertad. De hecho, no pude volver hasta 1992.

- ¿Por qué volvió?

- Quería ver mi tierra antes de morir. Además, tras el desmembramiento de la Unión Soviética la situación social y económica se hizo insostenible, máxime en Riga, Letonia, donde vivía.

- ¿Cómo se mantiene aquí?

- Al principio gracias a una hermana monja que vivía en Durango y que ha fallecido hace poco. Me ayudó muchísimo. Luego me dieron una pensión no contributiva. Ahora cobro la pensión que me corresponde por haber trabajado 40 años en la Unión Soviética: 426 euros. Con eso tengo que alimentarme yo, mi mujer que tiene las piernas amputadas por una diabetes y mi hija, que nos cuida. Ella -presente durante la entrevista concedida por su padre a este periódico- es licenciada en Matemáticas, pero tras lo de su madre no trabaja y está pendiente de nosotros.

- Su historia es sobrecogedora.

- Bueno, también hay cosas buenas. En 1996 el Ministerio de Cultura me concedió la medalla a las Bellas Artes por mi contribución a promocionar en Rusia tanto la danza española como la vasca. Incluso después de mi accidente de tráfico en 1978, que me dejó en una silla de ruedas, he trabajado en prestigiosos montajes teatrales como coreógrafo, algunos con bailarines de primerísima fila. Pero volviendo a su pregunta, mi familia y yo contamos también con un piso en Vitoria de protección oficial gracias al Gobierno Vasco. Pagamos un alquiler de 145 euros y para nosotros está muy bien.

- ¿Cómo ve el País Vasco?

- Como un país moderno en el que espero ver a mis 80 años la paz, aunque sea algo muy difícil de lograr.

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