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Espectaculares celos

Crítica, Eifamn Ballet Theatre

Egilea
Iratxe de Arantzibia
Komunikabidea
Diario Vasco
Mota
Kritika
Data
2008/10/19
Cinco minutos de aplausos recompensaron el excelente espectáculo ofrecido por el Eifman Ballet Theatre, en un abarrotado Victoria Eugenia. Dividido en dos actos y con una duración cercana a las dos horas, la obra Anna Karenina presentó en escena la versión coreográfica de la novela homónima de Tolstoi, ideada por Boris Eifman. La pasión desmesurada hasta el punto de desembocar en unos celos de tamaño incomensurable frente a la comodidad de un matrimonio rutinario es la diatriba a la que debe enfrentarse Anna Karenina en la obra.

La dama de la alta sociedad rusa, Anna Karenina, fue encarnada con brillantez por Natalia Povoroznyuk, en una sentida interpretación, que aunaba un excelente nivel técnico. Secundando a la celosa Anna, se encuentra el fantástico Oleg Markov, en el rol de marido abandonado. El triángulo amoroso cierra su último vértice con Alexsei Turko, en el papel de amante, con gesto adusto.

Boris Eifman construye una coreografía sobresaliente, valedora del Premio Benois de la Danse 2006, en la que majestuosas escenas corales se intercalan con exquisitos e imaginativos pasos a dos. Con una grandísima base técnica de corte clásico, sumada a una potente expresividad de cariz más contemporáneo, el estilo de Eifman busca primar la intensidad dramática, máxime en una historia de tal envergadura como la narración de Tolstoi.

De todas las escenas corales, hay tres momentos de gran intensidad: el elegante baile veneciano de disfraces, el sobrecogedor ataque de celos de Anna y el impactante suicidio ferroviario de la protagonista. En todos los cuadros grupales resulta evidente el amplio dominio escénico del coreógrafo ruso, así como el hábil manejo de iluminación, sugerente a veces, cruda en otras ocasiones.

El despliegue de efectos especiales, añadido a una cuidadísima puesta en escena, no hace sino engrandecer aún más esta obra. El Eifman Ballet Theatre venía precedido por la exigente etiqueta de ser considerada la mejor compañía rusa de la actualidad. Y la formación liderada por Boris Eifman no defraudó, ofreciendo una velada excepcional llena de intensa danza de excelente calidad.

Gran acierto de Donostia Kultura al programar este espectáculo, que hoy repite actuación y presumible éxito, a las 20.00 horas, entre otras cosas, por el buen hacer del trío de protagonistas, por la solvencia de un cuerpo de baile sólido y sin fisuras, y por la universalidad de una historia de celos entre enamorados, traducida en una coreografía magistral.

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