"Es necesario dejar de comparar la danza clásica y contemporánea como si fueran enemigas"

Actúa por primera vez en Pamplona con la obra Don Quijote . ¿Qué destacaría de este espectáculo?

Esta pieza recoge los mejores momentos de lo que es el ballet completo del Quijote, que consta de tres actos. El segundo suele ser el más lírico, es el sueño del Quijote, el más complicado, por lo que se ha elegido hacer solo el primer acto que es la fiesta, la entrada, y el último que es la boda, así que es mucho más divertido y ameno.

Baila en Baluarte junto a Iñaki Urlezaga. ¿Cómo es trabajar con él?

A mi me encanta. Además él fue mi primer compañero cuando llegue al Royal Ballet, es un chico muy inteligente, un gran partener y un gran artista y además muy amable y un buen amigo.

Últimamente, y sobre todo a raíz de la conmemoración del año del Quijote, este personaje y la novela de Cervantes está presente en muchas disciplinas. ¿Cree que esto es conveniente?

No creo que sea malo porque cualquier obra de grandes escritores, por ejemplo las de Shapeskeare , se han hecho en toda clase de disciplinas (cine, teatro, ballet, óperas) y no las ha dañado. Se puede ser purista y solo querer leer la novela, pero yo creo que los diferentes puntos de vista, igual que los diferentes actores haciendo Hamlet , en realidad sólo han añadido más peso a las obras. Las diferentes versiones, si se hacen con el debido respeto, no hacen más que añadir a las obras.

Las entradas se han vendido muy bien, algo que casi siempre sucede en este tipo de espectáculos. ¿Por qué entonces se tiende a creer que la danza es un arte con público minoritario?

Yo nunca he entendido esto que sólo se dice en España. En otros países no se escucha esta frase y además con mucha menos razón, porque ademas en España se baila en todas las fiestas, así que a mi me parece que esto es una de las muchas cosas que se dicen sin pensar y que no tienen razón de ser ni justificación ninguna. La prueba es que las actuaciones de danza, tanto de clásico, de flamenco o de cualquier cosa, se venden en España muy bien.

Es cierto que el baile en España está presente en muchas facetas de la vida social y cultural, pero, ¿la gente conoce la danza como arte?

Yo creo que ahora se empieza a conocer. Hay muchas academias en España y muchos conservatorios con niños que hacen ballet, además de muchos padres que quieren saber a qué se dedican sus hijos tantas horas. Poco a poco ese público se va formando porque hoy en día es mucho más fácil porque hay DVD y vídeos. La danza tampoco es algo que se tenga que aprender con una carrera universitaria ni mucho menos, es muy simple, si vas a un espectáculo y te gusta, bien, y si no te gusta, no tienes porqué aplaudir.

¿Está mejorando la situación de la danza en los últimos años?

Yo creo que sí, porque están presentes varias aspectos. Primero que muchos de los bailarines de mi generación que hemos salido fuera, hemos empezado a volver con grupos pequeños, con coreografías, y esto ha dado más oportunidad al público para poder ver estos espectáculos. En segundo lugar, porque de alguna manera hemos servido de ejemplo para que esos niños que querían hacerse bailarines se convencieran de que hay salidas, que se puede trabajar aunque sea fuera y que, si te dedicas a ello, puedes ser profesional de la danza.

Recientemente presentó un proyecto para crear una compañía de danza clásica en España. ¿En qué situación está ese proyecto?

Ahora mismo está en manos del Gobierno y falta su última palabra, que tiene que venir del Ministerio de Cultura. Está en sus manos y yo la verdad es que ya he hecho todo lo que podía hacer, pero los políticos son complicados de entender.

¿Qué modelo de financiación tendría este proyecto?

Yo quería basarme en el modelo anglosajón, en el que no se carga a la sociedad toda la responsabilidad de sufragar con todo el coste de una compañía. Un tercio del presupuesto correría a cargo del Estado o las municipalidades, el segundo tercio a inversiones privadas y el último tercio sería responsabilidad de la propia compañía para recaudarlo con las entradas. De esta forma, los artistas también tenemos una responsabilidad con respecto al dinero que se nos da.

¿Una de los objetivos de la compañía sería formar a una nueva generación de bailarines?

Por supuesto, porque nosotros no vamos a durar para siempre. Mi generación durará como mucho otros 10 años y ahora hay que dar una salida a todos esos niños que están estudiando danza, pero una salida real, porque para hacerse bailarín no basta con acabar la carrera del conservatorio. Uno no se puede llamar bailarín si no baila en un escenario y para eso hay que crear la situación para que la gente se pueda crear profesionalmente.

¿Cómo valora el trabajo de la Compañía Nacional de Danza de Nacho Duato?

A mi me parece muy bien porque una cosa no quita la otra. Hay espacio para muchas compañías en este país. En Inglaterra, por ejemplo, sólo en Londres hay dos compañías clásicas y una contemporánea y muchas más pequeñas. También hay otra clásica en Escocia o en Birmingham. Es decir, en total seis compañías clásicas en un país que es la mitad que España.

¿Cree que su carrera tiene un antes y un después a raíz del Premio Príncipe de Asturias concedido en 2005?

No creo que haya un antes y después en mi carrera, pero sí en la atención que la prensa dio a partir de entonces a la danza. En este sentido tengo mucho que agradecer al premio y también al Príncipe, por las palabras que me dedicó en su discurso. Los galardones son muy válidos y muy valorados por mi parte.

Lleva más de 10 años viviendo en Londres. ¿Cada actuación en España tiene algo de especial?

Volver a actuar en España siempre es especial porque yo siento que el público me recibe con cariño, expectación y ganas y esto siempre es agradable.

¿Su caso es una confirmación más de que pocos son profetas en su tierra?

Lo que ocurre es que hoy en día no sé puede ser profeta en nuestra tierra, esa es la diferencia, no hay un lugar donde ser profeta de danza en España. No existe como tal una compañía donde uno pueda hacer la Bella durmiente o La voz de los cisnes y todos esos clásicos que hay que hacer, además de una formación continuada para realmente ser profeta en algo.

Ahora trabaja esporádicamente como profesora de danza en Madrid. ¿No es un poco pronto para dedicarse a la enseñanza?

No creo que sea pronto. Yo tuve la suerte de recibir clases de mucha gente y generalmente debo decir que las clases que me dieron bailarines en activo, tenían algo más, o algo diferente. Hay grandes maestros que son muy mayores, y que tienen muchos años de experiencia de enseñanza, y luego hay maestros que a lo mejor son más jóvenes pero que sí reciben más fácilmente lo que es estar en el escenario. Ellos mantienen la práctica del día a día, el resolver problemas sobre escena, muchas cosas que, supongo, se le olvidan con la edad.

¿Se dedicará a la enseñanza cuando se retire de los escenarios?

Depende de lo que traiga el futuro, pero la verdad es que me gustan muchos aspectos de la danza.

La danza es uno de los pocas disciplinas profesionales que no discrimina a la mujer en el acceso, pero ¿deben sacrificar otras cosas?

No, la verdad es que la danza no discrimina a las mujeres en ninguna faceta, todas son opciones propias y como mujer puedes tomar diferentes opciones durante tu vida, pero nadie te obliga a tomarlas de una manera o de otra. Hay muchas bailarinas profesionales que tienen hijos y que paran su carrera durante un año o dos años y luego vuelven y no hay ningún problema. La danza no es una carrera muy misógina.

¿Que debería hacerse para que la gente deje de contraponer siempre la danza clásica con la contemporánea?

Dejar de compararlas como si fueran enemigas, cuando en realidad todos los que sepan un poco de danza saben que la contemporánea se base en la clásica, se alimenta todos los días de bailarines con técnica clásica y no podría existir sin ella.