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"Es maravilloso comprobar cómo el cuerpo tiene memoria"

Sara Baras bailaora

Sara Baras vuelve a los escenarios tras un descanso en el que se ha estrenado como madre. A partir de mañana y hasta el próximo domingo, presentará en el Arriaga su nueva creación flamenca, 'La Pepa', basada en el momento histórico en el que se decretó la Constitución de 1812
Egilea
Ane Araluzea
Komunikabidea
Deia
Tokia
Bilbao
Mota
Elkarrizketa
Data
2012/10/02
Lotura
Deia

Todas sus obras se han presentado en el Teatro Arriaga, donde ha vivido "momentos mágicos". Bailarina principal, directora, guionista y coreógrafa. Capaz de desempeñar todos esos cometidos, Sara Baras vuelve con brío y energías renovadas. Pero sobre todo, retoma su carrera feliz de poder representar un suceso "tan importante" para su Cádiz natal, "su adorada tierra".

Después de dos años de retiro, ¿cómo afronta su vuelta?

Tenía miedo de no volver con la misma fuerza que cuando me fui, porque me paré cuando estaba muy arriba físicamente. Sin embargo, la maternidad ha sido un regalo triple, no solo como persona y como madre, sino también a la hora de bailar, ya que me ha aportado más ilusión y un peso distinto a la hora de pisar el escenario. Es maravilloso comprobar cómo el cuerpo tiene memoria y vuelve a ser lo que era.

¿Ha influido su maternidad en la forma de sentir la danza?

Totalmente, no solamente a la hora de crear, sino que a la hora de interpretar también, ya que tener el corazón tan lleno influye muchísimo. La sensibilidad está mucho más acusada y eso se nota en el escenario. La manera de crear el espectáculo, la coreografía... la visión es muy positiva. Yo no me imaginaba que lo iba a percibir tanto, pero así es.

Su retiro temporal lo anunció en el Arriaga, donde vuelve para presentar 'La Pepa'.

La verdad es que me hace mucha ilusión, considero que soy parte de ese teatro, donde he bailado muchas veces y he sentido cosas muy bonitas. Adoro a su equipo y me encanta Bilbao. Además he tenido muchos momentos diferentes de mi carrera, pero ahora con La Pepa, de esta manera tan positiva y feliz, me apetece mucho ir al Arriaga.

¿Cómo diría que es la acogida del público vasco al flamenco?

A mí me encanta. Yo soy una enamorada del público vasco. Hace muchísimos años que bailo en el Arriaga, no solamente desde que he sido conocida, sino que antes de ello ya tenía mi público y mis momentos mágicos. Tengo un cariño especial a Bilbao y a toda su gente.

Si 'Esencia' fue una retrospectiva para cerrar una etapa, ¿qué supone para usted abrir una nueva con 'La Pepa'?

El encargo que me hicieron el Ayuntamiento y la Diputación de Cádiz fue hacer un espectáculo sobre la Constitución de 1812, sobre La Pepa. Eso conlleva mil estampas que representan mi tierra. Creo que en mi forma de bailar se advierte, se transparenta, se huele mi tierra. El investigar sobre un hecho histórico tan importante y que además haya sido en casa es algo que me gusta mucho: el poder mezclar la libertad con la Constitución que marcó un antes y un después. A lo largo de toda mi carrera, al tratarse de una compañía privada, he tenido libertad absoluta para elegir los personajes, los espectáculos, los proyectos que iban surgiendo. Al parar y verlo todo desde fuera, la cosa cambia un poco. Intentas dejarte llevar un poco y parar para ver qué pasa.

¿Cómo describiría esta dramaturgia flamenca?

Son estampas que representan el Cádiz de principios del Siglo XIX. Empezando por el dolor de la guerra de independencia, con un personaje alegórico que es La Pepa -el que interpreto yo-, que va transmitiendo esperanza y alegría; no es solamente un símbolo, es algo que se respira y que se siente. Ese personaje alegórico va como un hilo argumental durante varias escenas. Aunque sea un tema muy político, tiene mucho sentimiento, porque nuestra Pepa es más la voz del pueblo que el símbolo verdadero de la Constitución o sus artículos, es más la respuesta del pueblo y de lo que sintió.

Bailarina principal, directora, guionista y coreógrafa, ¿qué dificultades encuentra para llevar a cabo cada una de sus funciones?

Cuando empiezas a crearlo, vas enganchando una cosa con otra. Que el compromiso que crea cada uno de los participantes con la obra sea tan fuerte, como es el caso, es lo mejor que puede pasar. Yo empecé leyendo, estudiando y de ahí salió el guion. Me encanta dirigir, coreografiar... pero dentro de una historia, un proyecto o un concepto. Es una cosa que va unida a la otra. Hay cosas que las tengo tan claras que me gusta hacerlas a mí, aunque también otras que dejo en manos del equipo. Hasta que la obra no se estrena es como estar en todo momento metida, desde lo pies a la cabeza.

Ha interpretado a Juana I de Castilla, Marina Pineda y Carmen. En sus espectáculos la figura femenina adquiere gran importancia.

A mí me gustan las mujeres pasionales, que anteponen sus sentimientos e ideas a todo. Al tener libertad para escoger los personajes que quiero interpretar es un gustazo poder encarnar a mujeres con tanta verdad como el mismo flamenco, que antepone el corazón a todo. Por supuesto que necesita una técnica, pero a la hora de levantar el telón tienes que dejarte llevar por el corazón. Yo creo que estos personajes vivían así, con su pasión por encima incluso de la vida, y eso es algo digno de admiración. Creo que esta Pepa sí tiene la fuerza de esas mujeres que he tenido la suerte de interpretar.

Entonces, la interpretación de 'La Pepa' es una personificación.

Hay un momento en la obra, en el pase final, en el que nos situamos en la Plaza España de Cádiz donde hay un monumento de La Pepa de piedra y que verdaderamente destila amor, vida y corazón; baila de alegría para convertirse otra vez en monumento. Ahí es cuando entiendes que el personaje es una alegoría. Le damos todos el sentimiento del pueblo, aunque en realidad no exista.

Desde la distancia, ¿cómo ha visto la situación de la danza?

He estado más bien en un ambiente diferente, viviendo la vida de una manera muy sencilla y no me he involucrado ni en la danza, ni en el flamenco, ni en el espectáculo. Aunque la situación es muy difícil -no solo para la cultura-, hoy en día se baila muy bien. Lo único que intento es poner mi granito de arena para que lo que bailemos, lo bailemos todavía con más ganas e ilusión, de una manera más alegre.

"Tengo un cariño especial a Bilbao", reconoce Baras. (Jose Mari Martínez)

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