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Errenteria estrenará en 2019 un gran equipamiento cultural

La adjudicación de las obras de Lekuona aclara el futuro de un proyecto penalizado por cambios y paralizaciones
Egilea
Borja Olaizola
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
San Sebastián
Mota
Albistea
Data
2018/02/13
Lotura
Diario Vasco

La adjudicación en el último pleno de Errenteria de las obras para transformar la antigua fábrica de Lekuona en un equipamiento cultural de 3.700 metros cuadrados parece haber puesto definitivamente fin a las incertidumbres que han rodeado al proyecto desde su origen. El acuerdo, adoptado por unanimidad, abre la puerta a que el solar de la vieja panificadora acoja en el plazo de un año un centro cultural dotado de biblioteca, auditorio y amplios espacios para diferentes actividades. Se cumple así una vieja aspiración para satisfacer las demandas de la pujante actividad cultural del que es el tercer núcleo urbano de Gipuzkoa en habitantes después de Donostia e Irun.

Lekuona es desde hace casi una década uno de los grandes proyectos de Errenteria. Concebido como parte de un plan estratégico plurianual que plantea «alternativas al declive industrial» de la localidad, la transformación de la antigua panificadora en un equipamiento cultural tenía desde el principio el pleno respaldo de todos los grupos municipales. La vieja fábrica, que goza de una ubicación privilegiada, justo enfrente de la Alameda, pasó a ser de titularidad municipal después de la permuta de una parcela con la propiedad. Fue entonces cuando surgió el primer proyecto de centro cultural, que se articulaba en torno a una biblioteca.

La llegada de un nuevo equipo de gobierno liderado por Bildu al Ayuntamiento provocó la primera mutación de la idea original. La corporación encabezada por Julen Mendoza planeó en colaboración con la Diputación, entonces del mismo color político, crear en Lekuona un centro cultural dedicado a las artes escénicas. El cierre por aquellas fechas de Arteleku, que durante años había acogido las dependencias de Dantzagunea, el centro de danza que depende de la institución foral, abrió la puerta al traslado a Errenteria de la actividad. Dado que la localidad papelera acoge una de las mayores escuelas de danza del territorio y también compañías punteras como Kukai, se decidió que era una ubicación idónea para la instalación.

El proyecto se adaptó a las nuevas exigencias después de una serie de consultas con una veintena de profesionales de la danza. La iniciativa contó inicialmente con la oposición de PSE-EE y PNV, aunque el segundo de los grupos municipales dio finalmente su brazo a torcer después de que se introdujese una modificación para incorporar un auditorio. Se selló un acuerdo de financiación en el que la Diputación se comprometía a correr con el 60% de los gastos y el Ayuntamiento de Errenteria se hacía cargo del 40% restante.

Rescisión del contrato

El nuevo proyecto fue adjudicado con la vista puesta en 2016, año en el que estaba prevista su inauguración. En julio de ese mismo año, sin embargo, las obras se paralizaron por diferencias «técnico-administrativas» entre el Ayuntamiento y la empresa contratista. Después de tantear varias alternativas, ambas partes alcanzaron un acuerdo para rescindir el contrato sin que mediasen indemnizaciones. La constructora, eso sí, tuvo que pagar una penalización de 37.000 euros por la demora de las obras. El alcalde, Julen Mendoza, indicó entonces que «hemos optado por llegar a un acuerdo para romper el contrato con el fin de evitar que el proyecto quedase paralizado en los juzgados durante mucho tiempo».

La paralización abrió un nuevo periodo de incertidumbre en torno al proyecto. La Diputación, que para entonces ya había dejado de estar gobernada por Bildu, y el Ayuntamiento retomaron las negociaciones. En diciembre de 2016 el alcalde de Errenteria, Julen Mendoza, y el diputado foral de Cultura, Denis Itxaso, suscribían un protocolo que marcaba «un nuevo rumbo» para el centro cultural Lekuona. Dantzagunea, indicaba el acuerdo, quedaba fuera de la infraestructura, que recuperaba parte de su espíritu original al contemplar de nuevo una biblioteca, además de un auditorio y amplios espacios polivalentes.

El protocolo fue el punto de partida para la redacción de un nuevo proyecto que aprovechaba en lo posible los trabajos llevados a cabo en el edificio. Cabe recordar que cualquier intervención en Lekuona está condicionada por la Ley de Costas, ya que el inmueble se levanta en la orilla del río Oiartzun y la norma limita la altura de la parte que está más próxima al cauce. Los nuevos planos mantienen la apariencia externa del proyecto anterior. «La forma exterior del edificio es prácticamente la misma, la única modificación apreciable es una escalera externa que se ha incorporado como consecuencia del incremento del aforo del centro», explica el concejal de Cultura de Errenteria, Ion Collar.

Los cambios afectan a la distribución de los espacios internos. De entrada, el aforo del centro cultural ha pasado de 2.400 a 3.500 personas. Una de las estrellas del proyecto, precisa el edil errenteriarra, es el auditorio, que se ubicará en la planta de acceso al edificio. «Va a ser un espacio polivalente, un nuevo concepto alejado de lo que es un auditorio tradicional con su escenario en un lado y su patio de butacas en otro. En Lekuona se podrán hacer espectáculos con el escenario en medio, como si se tratase de un ring de boxeo, porque las butacas se pueden retirar y distribuir de forma flexible». El auditorio, añade el concejal, tendrá capacidad para 691 espectadores sentados aunque con las butacas despejadas podrá acoger hasta 1.500 personas de pie.

El nuevo espacio podrá ser también dividido por medio de paneles de forma que pueda acoger varias representaciones de forma simultánea. El auditorio está sin duda llamado a ser uno de los espacios centrales de la actividad cultural de la localidad. Lekuona será en ese sentido la alternativa al auditorio de Niessen, que con un aforo de apenas 300 personas se ha quedado pequeño para acoger muchas de las actividades culturales que tienen lugar en Errenteria.

La biblioteca es la segunda pieza central del proyecto. Se trata de una instalación que ocupará parte de las tres plantas del nuevo edificio y que sustituirá a la que se habilitó hace años en el antiguo cuartel de la Guardia Civil de la calle Magdalena, que cuenta con un fondo de 47.000 volúmenes. «Está concebida como una biblioteca-mediateca a la manera de Ubik, la biblioteca de Tabakalera», puntualiza el concejal de Cultura. «Además de un espacio de silencio para el estudio y la lectura, habrá otros espacios con una concepción más flexible».

El centro equipará además una cafetería en la planta de acceso, que dispondrá también de un hall que podrá ser utilizado como espacio para exposiciones y charlas. También se ha habilitado en la azotea, la planta tercera en realidad, un espacio sin cubierta que podrá acoger actividades como cine o conciertos de verano. La obra, adjudicada por 4,6 millones de euros, se iniciará en un mes y estará lista en 2019.

Fotomontaje que muestra el aspecto exterior que tendrá el nuevo centro cultural Lekuona. /DV

Fotomontaje que muestra el aspecto exterior que tendrá el nuevo centro cultural Lekuona. / DV

 

3.700 metros cuadrados

El centro cultural Lekuona se distribuirá por una superficie de 3.700 metroscuadrados en tres plantas. En la planta baja estará el auditorio, con capacidad para 691 espectadores sentados y 1.500 de pie. La biblioteca, con 47.000 volúmenes, ocupará parte de las tres plantas.                     

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