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Enrike Zelaia, alma de Carnaval
El 'akordeoilari' alsasuarra fue el artífice de la recuperación en 1982 de esta fiesta que se ha convertido en la seña de identidad de la villa
Zelaia supo del carnaval alsasuarra en los años 60, cuando estaba realizando una investigación sobre música popular. "Me recorrí las cocinas del pueblo. Música recogí poca, alguna canción, pero me encontré con un arsenal de historia popular que estaba escondido debajo de la alfombra", recuerda. Al respecto, apunta que en la memoria de muchos mayores continuaba muy viva la celebración del carnaval. "Me contaban que era una fiesta impresionante, con imágenes de gran fuerza y osadía. Una fiesta única", observa.
TRADICIÓN "El carnaval antiguo incluía aspectos mitológicos del remoto pasado, llenos de simbología relacionada con la protección y el despertar de la naturaleza. Entonces la gente no sabía su significado. Lo transmitían tal y como lo habían recibido, perdiendo la noción de conjuro", señala Zelaia. También apunta que "el martes de carnaval salía disfrazado casi todo el pueblo, hombres y mujeres de toda edad y condición, y la fiesta duraba todo el día".
El akordeoilari destaca que era un carnaval muy agresivo. "En aquella época se dejaban en la calle los aperos de labranza. Los momotxorros los cogían y podían hacer de todo. Eran terribles. Hubo vecinos que con las manos en la cabeza me preguntaban "¿Otra vez vamos a volver a aquello?".
Muerto Franco, comenzaron a resurgir las tradiciones populares, pero no esta fiesta. "En aquel momento no me pareció oportuno mover el asunto, ya que había mucho fervor partidista y yo pretendía una fiesta de todos y para todos", recuerda Zelaia. El momento llegó unos años después. En 1978 el grupo de dantzas Andra Mari de Galdakao, ofreció una representación en las que aparecían los momotxorros alsasuarras. "Aquello incentivó el interés popular para recuperar el carnaval", señala. Así, que se puso en contacto con diferentes grupos de gente con inquietudes.
En febrero de 1982 se celebró el primer carnaval de la nueva era. "Entonces no llegamos a cien personas. Nadie se esperaba tan milagrosa resurrección", recuerda. Dos años después se introdujo el akerra que aglutina a las sorginak. Fue cosa de Zelaia, quien le dio vida unos 15 años, con momentos que todavía recuerdan muchos. "Provocaba transmitiendo tensión y riesgo controlado, sin agredir jamás a nadie. Era consciente de que si nos pasábamos en la agresividad podríamos cargarnos el carnaval antes de recuperarlo", sostiene.
Suya es también la Momotxorroen dantza, una melodía de Alsasua que estaba en el archivo de Lekaroz. "Basándome en el estilo del zortziko, ideé una coreografía", recuerda. Para ello contó con Luis Mari Lopez de Goikoetxea, excelente dantzari y otra persona clave.
Declarada fiesta de interés turístico y embajadora de Alsasua , Zelaia apunta que "el éxito del carnaval alsasuarra se centra en la escalofriante figura plástica de los cientos de momotxorros que participan, junto a esa multitud de personajes diversos, mitológicos unos, monstruosos otros, estrafalarios y adefesios la mayoría, que, como salidos de las cavernas y por la fuerza de su imagen, presentan escenas inverosímiles de sorprendente belleza y plasticidad". Carnaval agresivo y fustigador, "tiene el morbo de algo que te atrae pero al mismo tiempo atemoriza, creando una lógica tensión", observa Zelaia, al tiempo que apunta que "estamos frenando la agresividad los últimos años".
Aunque lamenta que no se haya logrado que la fiesta se celebre durante todo el día, como era entonces, Zelaia se queda con los logros obtenidos, que no son pocos. "El Altsasuko inauteria está totalmente consolidado. No ha sido nada fácil conservar, amalgamar y unir en un mismo carnaval corrientes culturales tan contrapuestas y diferentes", afirma. "Todavía recuerdo aquellos primeros años en que unos se sentían molestos con los otros. Pero podemos decir con máximo orgullo que hemos logrado crear ese magma de convivencia que fortalezca nuestra identidad y mantenga nuestra unidad, sin abandonar cada cual el lugar que más desea o le corresponde", añade.
Enrique Zelaia, en la exposición con motivos carnavalescos que puede verse estos días en Alsasua. (NEREA MAZKIARAN)
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