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"En Euskadi hay cantidad de grupos de danza, pero trabajan desde una perspectiva amateur. Necesitamos profesionales de la danza y el folklore"

José Ignacio Beitia, Director del Festival Internacional de Folklore de Portugalete

Komunikabidea
Euskonews, 263, Estibalitz Ezkerra
Mota
Elkarrizketa
Data
2004/07/16

¿Cómo surgió la idea de crear Festival Internacional de Folklore de Portugalete?



La iniciativa la tomó la sociedad Elai Alai. Elai Alai Kultur Elkartea surgió allá por el año 1962 como un grupo de danzas con unas aspiraciones muy concretas para la época. En Portugalete no había prácticamente nada relacionada al folklore cultural vasco. Solamente había un grupito de chavales en el colegio Santa María que hacía algún que otro ensayo, pero aparte de eso no había nada. Entonces nos juntamos unos cuantos amigos con unas inquietudes políticas y sociales concretas, y pensamos hacer un grupo de danzas.



Por aquel entonces anduvimos de prestado en distintos locales y lonjas por el pueblo, pero en 1966 dimos un paso importante al adquirir los locales de la calle Santa María. Era un conjunto de dos plantas con un total de 360 m², en el cual teníamos una especie de gimnasio. También había un espacio de cara al público, y en el resto de las instalaciones se daban clases de euskara y se desarrollaban otro tipo de actividades culturales. A partir de ahí es cuando empieza a coger fuerza la sociedad, y en 1972, a raíz de una invitación que recibimos para ir a un festival en la zona cercana de Perpignan, pensamos organizar en Portugalete nuestro propio festival.



El primer festival sería todo un acontecimiento.



A decir verdad fue muy sencillo y humilde. A parte del nuestro participaron dos grupos más: uno irlandés y otro francés. Se celebró al aire libre, en el parque Doctor Areilza en Portugalete. A partir de entonces, el festival funcionó de manera ininterrumpida hasta 1975, pero desde 1976 hasta 1979 (ambos años inclusive) se suspendió dado la que la situación social no era la más adecuada. No había la suficiente seguridad para que el acto se celebrara con normalidad, así que decidimos hacer un paréntesis y esperar a que llegaran tiempos mejores. Efectivamente, en el año 80 pudimos retomar el festival y desde entonces hemos hecho 29 ediciones. La de este año viene a ser la 30 edición.



Edición que va a jugar un papel singular ya que va a contar con grupos de los diez países que recientemente han ingresado en la Unión Europea.



Nos pareció una idea interesante dado que a pesar de ser países europeos para nosotros tienen unas connotaciones lejanas. Además, eligiendo ese marco por fin conseguíamos que el festival a parte de su aspecto de espectáculo tuviese también una faceta más didáctica. De alguna manera queríamos que el evento sirviera para acercarnos a esta gente con la que a partir de ahora vamos a tener una relación muy estrecha. Con ese objetivos hemos celebrado varias actividades. Acabamos de terminar la fase de presentación de trabajos a nivel escolar sobre las características de los diez países citados. Por otro lado hemos organizado una serie de conferencias sobre lo que esas nuevas incorporaciones pueden aportar a Europa y de que manera van a afectar a la realidad de Euskadi. Así mismo, una vez comience el festival vamos a montar una exposición sobre los distintos países que acuden al certamen.



Esta vez la participación europea va a dominar el festival, pero no se puede decir que el de Portugalete sea un certamen orientado única y exclusivamente a Europa.



Así es. Pocos países del mundo quedan por pasar por Portugalete. Quizás de la zona de Australia nos queda alguna cosa, pero tanto América, África, Europa e incluso Asia los tenemos bastante recorridos. Treinta años dan para mucho.



Nos imaginamos que el apoyo institucional habrá sido imprescindible a la hora de afrontar tan largo recorrido.



La ventaja que tenemos es que nuestros apoyos están bastante diluidos. Es decir, no dependemos en exclusividad de la decisión de alguien en particular. Nuestro mayor apoyo institucional es el Gobierno Vasco que nos cubre un tercio del presupuesto. Otro tercio lo cubren entre la Diputación, Ayuntamiento e instituciones privadas, y el resto lo obtenemos de una treintena de pueblos de Euskadi por los que los grupos que participan en el festival realizan una especie de gira. Aunque nos fallase alguna de las instituciones, todo sería bajar el presupuesto para adecuarnos a la situación. No dejaríamos de organizar el festival porque alguno de nuestros patrocinadores nos dijera que no.



¿Cuál es la reacción del público ante el festival?



Hasta ahora no nos podemos quejar. Tanto en el festival que realizamos en Portugalete como las muestras que se hacen en otros pueblos suelen contar con un gran público.



¿El folklore está suficientemente apoyado?



Yo creo que no. Si de los trabajos a favor del folklore se quitara la iniciativa privada, quedarían muy pocos grupos. Las instituciones sí es verdad que apoyan la iniciativa privada, pero no hay ningún estamento institucional que trabaje a favor del folklore. Hay pequeñas cosas, como la Academia de Música Tradicional, pero no hay un instituto de folklore. Está excesivamente en manos de la iniciativa privada, y salvo honrosas excepciones, la mayoría funciona desde un punto de vista amateur. Nosotros mismos lo que hacemos lo hacemos con toda la buena voluntad del mundo, pero sin conocimientos suficientes como para poder desarrollar un folklore en escena. En este momento los mejores archivos que hay sobre folklore están en manos privadas, con lo cual no sabemos si eso en algún momento serán públicos, estarán a disposición del ciudadano de a pie, o desaparecerán cuando desaparezca el titular de dichos documentos.







¿Esa falta de apoyo es algo particular o también se puede apreciar en otros países?



El panorama es muy variopinto. En la mayoría de países está bastante más protegido que aquí. Incluso a nivel del Estado hay instituciones que amparan más el folklore de lo que se puede amparar aquí. Quizás sea porque las instituciones lo han dejado en manos de la iniciativa privada, ya que es lo que más se ha dado aquí. Hay cantidad de grupos, pero todos trabajan bajo una perspectiva a mi modo de ver demasiado amateur. Tiene que haber profesionales de la danza y del folklore, y en este momento no tenemos.



De alguna manera esa es la queja que en más de una ocasión ha hecho pública Juan Antonio Urbeltz.



Cuando te hablada de honrosas excepciones me refería precisamente a Juan Antonio Urbeltz. Es un hombre que funciona a nivel profesional no siéndolo, ya que se dedica plenamente a la investigación del folklore porque está jubilado.



Se podría decir que todo esfuerzo parte de la voluntad de cada uno.



Exactamente. El apoyo no es permanente; no hay una institución que le dé el respaldo suficiente.



¿Qué tal es la relación entre los diferentes grupos que hay en Euskadi? ¿La comunicación es fluida?



Yo creo que somos bastante islas, precisamente por esa falta de institución. Cada uno trabaja a su manera. Sí hay cosas en común, como el Dantzari Eguna que se celebra anualmente. Pero se trabaja bajo los aspectos amateur, y algo tan importante como es el patrimonio cultural tradicional de nuestro país (que afortunadamente es muy rico), no está recogido por la institución. No sé si eso debería ser labor del Gobierno, de las diputaciones o de los ayuntamientos; el caso es que se hace más caso a la música y a otros aspectos de la cultura que al folklore. Hay apoyos a los diferentes colectivos, pero el día que nos cansemos y decidamos dejarlo no habrá nada.



¿Cuáles son los objetivos que en este momento se plantea la sociedad Elai-Alai?



Estamos empeñados en crear el centro de cultura tradicional encaminado a la falta que antes comentábamos, pero sigue siendo una iniciativa nuestra. De momento sería de forma semi-profesional, pero sí queremos que sea un centro donde la gente trabaje profesionalmente. Vemos que va a ser complicado, pero estamos en ello. De hecho, hemos empezado ya con temas musicales y queremos seguir con el vestuario para que poco a poco se vayan incorporando facetas de la cultura tradicional y vaya engordando este centro de cultura. Tenemos locales para hacerlo; nos falta el apoyo suficiente para conseguir profesores con plena dedicación y otros elementos que serían necesarios para que el centro funcionara con normalidad.



José Ignacio Beitia



Bilbao, 1943. Pasó su infancia y gran parte de su juventud en Sestao, aunque se considera portugalujo de adopción ya que lleva viviendo en la villa alrededor de 44 años. Es padre de tres hijos. Cursó estudios de Banca para trabajar posteriormente en la Caja Popular. Se jubiló en agosto del año pasado.Fue promotor del Festival Internacional de Folklore de Portugalete (creado bajo el auspicio de la sociedad cultural Elai Alai), que dirigió entre 1972 y 1975. Posteriormente pasó a hacerse cargo de la tesorería para volver en 1988 a la dirección del evento. Desde entonces sigue manteniéndose al frente del certamen.

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