SE cuenta que a los cinco años anunció a su familia que quería ser bailarina y revolucionaria. Y las dos cosas las consiguió. Leyenda de la danza, Isadora Duncan sentó las bases de un movimiento muy particular alejado de todo clasicismo. “Como bailarina, se deshizo de elementos que la agobiaban, de las zapatillas de punta y se vistió con vestidos anchos y ligeros. Le gustaba bailar descalza y le inspiraban la naturaleza y Grecia para inventar sus movimientos”.
Ella fue una de las 10 mujeres que pusieron bailar al mundo, título del nuevo libro publicado por Espacio Punto de Fuga, que se dedica a la danza contemporánea y otras prácticas corporales.
Desde su formación hace ahora diez años, este espacio ha aspirado a convertirse en un lugar de referencia de la danza en Bizkaia. “Es importante recordar a las que vinieron antes, a las que abrieron nuevas puertas y caminos y narrar sus logros, sus historias y todo lo que nos han dejado. 10 mujeres que pusieron a bailar al mundo es un homenaje a las valientes creadoras que nos han precedido, pero también es un lugar de inspiración para las que vendrán”, explica Jemima Cano, de Espacio Punto de Fuga.
En total, son diez capítulos, uno por cada una de estas creadoras, en los que se cuentan su historia y visión de la danza, y donde también se proponen divertidas actividades para hacer bailar a las y los más pequeños.
Escrito por la periodista especializada en danza Mercedes L. Caballero e ilustrado por Beatriz Aparicio, la publicación da visibilidad a diez mujeres bailarinas y creadoras americanas, europeas, africanas y asiáticas. En este libro, no solo infantil, editado en castellano y euskera, se recogen diez biografías de mujeres que revolucionaron la danza: Isadora Duncan, Martha Graham, Mary Wigman, Pina Bausch, Trisha Brown, Carolyn Carlson, Natsu Nakajima, Germaine Acogny, Robyn Orlin y Anne Teresa De Keersmaeker.
“Como en toda la Historia, la danza está llena de mujeres estupendas, que han sido pioneras, que han inventado nuevas formas de moverse, pero que todavía no tienen a lo mejor ese renombre que pueden tener otros coreógrafos y otros directores. Por ello, de alguna manera queríamos por un lado acercar la danza y por otro, a esas pioneras que pusieron a bailar al mundo”, explica Mercedes L. Caballero.
Diferentes generaciones
Las diez mujeres corresponden a diferentes lugares del planeta y formas de bailar. “No queríamos centrarnos exclusivamente en Europa o en América, hemos incluido también bailarinas africanas como Germaine Acogny, que se ha convertido en una real embajadora de la danza y la cultura de África. Es hoy unas de las principales representantes de las artes escénicas africanas por ser la creadora de una danza representativa para el continente, a través de técnicas propias de Senegal y Benín. Bailarina, coreógrafa y profesora, está considerada una de las personas más influyentes de África”, explica Mercedes Caballero.
O Robyn Orlin, una coreógrafa sudafricana preocupada por lo que ocurre en su país, por todas las desigualdades que han sucedido en Sudáfrica a lo largo de décadas. “El arte es inútil si no está en contacto con la realidad”, suele comentar.
O asiáticas como la japonesa Natsu Nakajima, una de las primeras bailarinas de la danza butoh, una danza que nació en los años cincuenta del siglo pasado y que también se llama danza de la oscuridad o del subconsciente. Natsu Nakajima fundó su propia compañía de butoh y ha viajado pro todo el mundo enseñando su técnica.
Por supuesto, no podían faltar pioneras como Martha Graham (Pittsburgh, 1894-Nueva York, 1991), considerada la verdadera madre de la danza contemporánea. Sus aportaciones al arte traspasaron los límites de la danza, redefiniendo conceptos como el movimiento, no sólo a nivel de baile sino también filosófico. Ni Mary Wigman (Hannover, 1886-Berlín 1973), quien consideraba que la expresividad, lo que una persona podía contar con su cuerpo, era mucho más importante que cualquier técnica de baile.
Otras pioneras
A Pina Bausch (Solingen, 1940-Wuppertal, 2009) no le interesaba cómo se mueve un bailarín o una bailarina, sino lo que les movía. Entre las 10 mujeres que pusieron a bailar al mundo está también Trisha Brown (Aberdeen, 1936-San Antonio 2017) fue la primera que abandonó los escenarios y se puso a bailar en espacios públicos como la calle, sin más música que el silencio. Carolyn Carlson (Oakland, 1943), la primera que bailó descalza e introdujo la danza contemporánea en el Ballet de la Ópera de París. La más joven de todas es Anne Teresa de Keersmaeker (Malinas 1960), una de las coreógrafas belgas más conocidas del panorama dancístico internacional. En sus creaciones están muy presentes las estructuras matemáticas.
“El libro está dirigido a un público general porque se puede leer de muchas maneras, pero el objetivo principal son los niños y niñas porque sentimos que hay una deuda con la danza desde la educación. Para ellos, se proponen muchas actividades”, explica Mercedes L. Caballero.
El libro se presentará el viernes a las 17.30 en la librería La Ilusa (calle Hernani, 8) de Bilbao.