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Ellas bailan solas
La Muestra Coreográfica de Euskadi cumplió ayer en Barakaldo diez años de apoyo a la danza, una disciplina que no acaba de despegar
CECILIA DE MADRAZO
Vivir
de la danza en Euskadi es «poco menos que una utopía», según Cecilia de
Madrazo, la única profesional de las cuatro protagonistas de ayer. No
en vano, esta bailarina de 32 años se ha visto obligada a viajar por
medio mundo para encontrar su hueco. «En Bilbao sólo pude realizar los
estudios básicos y para completar mi formación tuve que emigrar a
Londres», admite.
Tras su época de aprendizaje, De Madrazo
inició una gira por países como Chile, Alemania, Austria y Holanda en
busca de trabajo. «En el País Vasco no existe ningún equipo de danza
grande o permanente y tienes que participar siempre con pequeños grupos
que realizan actuaciones temporales. Cuando se acaban hay que buscarse
otra vez la vida», reconoce contrariada la artista bilbaína.
OLATZ DE ANDRÉS
Tampoco
Olatz de Andrés ha sido profeta en su tierra. Tras recorrer varias
ciudades españolas y extranjeras durante su formación, marchó a buscar
trabajo en Barcelona. «Allí hay muchas oportunidades, pero también
muchos candidatos y es muy difícil encontrar un sitio», apunta a sus 29
años la más joven de las cuatro que actuaron ayer en el Teatro
Barakaldo.
Esta bailarina donostiarra cree, sin embargo, que la
situación de la danza en el País Vasco ha mejorado en los últimos años.
«Parece que están saliendo adelante algunos proyectos independientes».
LEIRE ITUARTE
Leire
Ituarte se estrenó ayer como coreógrafa con su ópera prima 'Delicias de
la civilización', en la que utiliza el movimiento para desentrañar
diversos aspectos de la condición humana. «Es por deformación
profesional», reconoce esta psicoanalista de la UPV, quien baila por
afición. «Aquí es imposible llegar a profesional. Hay que salir fuera»,
considera.
Bilbaína, de 32 años, Ituarte comenzó de pequeña a
practicar el ballet por recomendación de su madre, aunque se cansó
pronto de las formas clásicas y abandonó sus ensayos. Años más tarde se
reincorporó a la danza contemporánea, en la que se ha especializado
para labrarse un futuro.
MARIAN GERRIKABEITIA
La
comunicación audiovisual y el periodismo han sido los caminos seguidos
por Marian Gerrikabeitia como profesional, ya que la danza en el País
Vasco «es un mundo reducido que no da para comer». Su profesión, sin
embargo, le ha servido para desarrollar la afición artística. «Soy más
coreógrafa que bailarina y aprovecho mis conocimientos de imagen o
música para hacer creaciones más completas», reflexiona.
Esta
getxotarra cuenta con un amplio historial de participaciones junto a
profesionales de la danza, aunque valora de forma especial la ocasión
que brinda la Muestra Coreográfica de Euskadi, «un aval para los
creadores».
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