La vida da muchas vueltas. El siguiente reto que afrontará Joxe Mari Peso, ‘Jox’, no parece gran cosa en el historial deportivo de esta bestia competitiva: recuperar la ilusión por entrenar y volver a disfrutar en las carreras de obstáculos en 2024. El atleta de Errenteria, de 36 años, que lo ha ganado todo en la Liga OCR (Obstacles Courses Racing), es un adicto al deporte que, en los últimos tiempos, se ha entusiasmado con el jiujitsu.
Es su nueva obsesión y reconoce que ha entrado en una nueva fase como corredor. Más serena. Distinta. Quizás la última como deportista de élite. “Ya estoy cerca de los 40 y, mirando hacia atrás, a veces no sé si merece la pena todo el esfuerzo económico y físico que supone todo esto, sacrificar tanto prácticamente por amor al arte”, reflexiona. “Una cosa negativa que tiene la competición”, continúa Peso, “es que te vuelves muy resultadista. No disfrutas del deporte. Lo que realmente te hace ilusión es ganar, que se convierte en una obligación, y vas a las carreras con demasiada presión”.
En su historial de hitos deslumbrantes, en 2019 batió el récord con 12 victorias seguidas. “Era algo que en la historia de las OCR nadie había logrado. Así que cuándo consigues algo así, ¿qué te queda por hacer? Al año siguiente volví a quedar campeón, pero como no lo gané todo, tuve la sensación de que había fallado. No era lo mismo”. Quizás por eso le ha dado fuerte por el jiujitsu, donde no compite y solo practica este arte marcial japonés para divertirse y mantenerse activo.
Queda lejos aquella carrera premonitoria que disputó en 2018 y en la que, tras acabar tercero, la gente le daba la enhorabuena y él no sabía muy bien por qué lo agasajaban. Actualmente, Peso forma parte del equipo español de las Spartan Races. En la conversación, de pronto, asoma un agujero oscuro y profundo del que está consiguiendo salir. Según cuenta, un trompazo en un entrenamiento en su casa de Irun, en el barrio de Oñaurre, le pasó una grave factura a su salud y se planteó abandonar las carreras. Luego llegó el covid, que lo dejó KO.
Fama televisiva
Joxe Mari tiene un hermano gemelo, Imanol, con el que alcanzó el estrellato en 2011 gracias a sus acrobáticos bailes de break dance. Ambos participaron en el concurso Fama, ¡a bailar! de Cuatro. “Ahora solo hago break cuando estoy borracho en una boda o en una discoteca”, bromea.
Él y su hermano siguen compartiendo aficiones e intereses, son uña y carne. Vecinos en Irun, pasan mucho tiempo juntos. Una llamada interrumpe la conversación. Es Imanol, claro. “Siempre hemos estado muy unidos y tenemos muy buena relación. Nos vemos todos los días. Nuestras novias nos odian seguro”, afirma entre risas. ‘Jox’ obtuvo la plaza de funcionario del Gobierno vasco y trabaja en Errenteria. Cuando no está machacándose en el gimnasio sale a dar una vuelta con su perro por los alrededores del Alto de Arretxe y el colegio Karmelitak. A veces el paseo le lleva hasta las pozas de Aitzubide, una bonita zona natural en la parte trasera de su barrio. Gracias a la flexibilidad horaria de su trabajo puede sacar tiempo para entrenar prácticamente todos los días. Y cuando se le pregunta por una afición más allá del deporte, que le consume la mayoría de su tiempo, no lo duda: le apasiona viajar, conocer mundo, impregnarse de otras culturas. ¿Próximos destinos subrayados en el calendario? Volver a Abu Dabi y conocer Argentina y Cuba, donde tiene “buenos amigos” que le pueden enseñar las “realidades” de estos dos países latinoamericanos al margen de los habituales circuitos turísticos.
A tope
Al límite. Los entrenamientos más sudorosos y exigentes son los favoritos de Joxe Mari Peso. “Cuando hace mucho calor y acabas casi vomitando del esfuerzo. Me gusta ponerme a prueba, ir a tope”, advierte.
‘Non-stop’. De pequeño ‘Jox’ iba para bombero y, además de interesarse por el break dance, a los 18 años empezó a hacer deporte para “mantenerse en forma”. Practica jiujitsu en el ginmasio Sparta de Irun.