El Principal baila mañana el epílogo de la temporada de José Uruñuela

Un centenar de bailarines tomarán las tablas a las 18.00

El último paso... hasta que el baile retorne. Tras veintidós años de trabajo, el Conservatorio de Danza José Uruñuela vuelve a interrumpir su curso por unos meses para que el verano fluya. Un centenar de sus alumnos celebran el epílogo de la temporada en el Teatro Principal. La cita, mañana a partir de a las 18.00 horas.

Danza clásica y contemporánea comparten tablas a lo largo del repertorio coreográfico, que servirá de paleta del trabajo de todo un año lectivo. "Es un programa de pocas coreografías, pero de ballets completos", apunta la directora del centro, Carmen Tercero. Los sones populares de Agurra abrirán la velada. Pero será un Agurra singular, ya que nunca se había fundido con los sones de un chelo, en esta ocasión en manos de Arantza Etxabe. Iñaki Urrutia se encargará de los pasos de baile.

De uno a cien en unos segundos. Tras el monólogo corporal de Urrutia, un centenar de bailarines infantiles convertirán el escenario en una auténtica -y muy campal- batalla. Los pasajes del cuento italiano Chipolino (Cebolleta) harán germinar entre las tablas frambuesas y calabazas, remolachas y condesas cerezas. Kachaturian pone melodía a una historia donde el malvado Tomate y el príncipe Limón ejercen de mano perversa. "Se demuestra así que se pueden montar ballets para niños, y en los que bailan los niños", explica Sergei Viana, profesor y coreógrafo de la pieza.

De uno a cien. Y del barroco al "minimal ". Lo relata otra docente del centro, Idoia Lecunberri, encargada de trazar los movimientos de la siguiente pieza, Como neve al sole , con música de Saltacello. Piano y chelo navegarán en esta ocasión las partituras, que pondrán la pasarela sonora a "una historia de amor, desamor, búsqueda, encuentro, jugueteo...".

Cerrada la primera parte, en el segundo pasaje de la tarde un ballet blanco tomará la escena. Con música de Chopin -de hecho, en su estreno en Leningrado en 1908 se le llamó Chopiniana - y coreografía de Mijail Fokin, Las sílfides pondrán punto y final a la fiesta con una apoteosis estética marcada por tutús largos de corte romántico.

Veintitrés bailarinas y un bailarín danzarán al claro de luna con su recién cosido vestuario, que dibujará el mejor colofón a un programa variado que tratará de ofrecer todas las aristas del baile al público que se acerque hasta las céntricas tablas. Una mujer le preguntaba ayer a Carmen Tercero por qué no se daba a conocer más al conservatorio. Más de dos décadas curtiendo grandes bailarines -muchos de ellos de talla internacional-, premios y silencioso trabajo diario son buenas cartas de presentación.

Tercero, Lecumberri y Viana presentaron la fiesta de mañana en el Principal.Foto: josé ramón gómez