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El número de participantes en el baile de la bajada de Mari se reduce por seguridad
Artola destacó que la bajada de Mari, con 34 años de historia, se ha convertido en «un evento emblemático y multitudinario de las fiestas de Loinatz, fusionando danza, música, teatro y tradición en un espectáculo único y es necesario cuidarlo». Reconoció la importancia del evento para los beasaindarras, especialmente para los jóvenes, aunque también señaló la necesidad de abordar las dificultades organizativas que ha traído consigo. «Se ha convertido en un evento lleno de aspectos positivos pero también ha traído consigo otras dificultades que hay que tratar de corregir por lo cual se adoptan esas medidas correctoras», declaró.
José Ramón Iraola, en representación de la asociación Arrano, explicó que el excesivo número de personas que bailaban alrededor del escenario planteaba desafíos organizativos y de seguridad. «Estábamos convencidos de que el número de personas que bailaban tanto en el estrado como alrededor era excesivo. Hemos limitado a 40 el número de personas. Nos hemos reunido un par de veces por la necesidad de limitarlo de alguna manera y este año tomaremos algunas medidas como prueba», afirmó.
Pañuelos de colores
Belén Callejo, de Loinatz Abesbatza, y Anita Alonso, del grupo de teatro, expresaron su esperanza de que los cambios contribuyan a reducir el ruido alrededor del escenario, permitiendo que el coro y el pregón de la bruja Mari sean mejor escuchados y comprendidos por el público. Todos pidieron respeto y cautela, ya que es necesario seguir las indicaciones de los organizadores para disfrutar de la mejor manera.
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