"El Max te anima a seguir; es una inyección de ánimo que sirve para refrescarte"

Una pena no haber podido estar en la gala, ¿no?

No llegaba. Estaba en Italia y hoy (por ayer) tenía que estar en Barcelona y no llegaba.

¿Cómo fue ese momento, aunque fuera en la distancia?

Pues muy divertido. Estamos trabajando en una producción nueva y estaba tan liado que no era consciente de que se estaba produciendo la gala. Y, de repente, me empezó a llamar la gente diciéndome que había ganado. Me pilló fuera de juego. No tenía la cabeza en eso y el móvil no paraba de sonar. Pero, bueno, estoy muy contento. Ahora que ya ha pasado, la verdad es que me siento muy satisfecho.

Pero físicamente todavía no lo tiene entre las manos, ¿no?

No. Pero hay muchos amigos que han estado en Gran Canaria y lo traerán.

De haber estado allí, ¿qué le hubiera gustado decir?

Bueno, tampoco mucho, no te creas. Hubiera agradecido el trabajo a todo el equipo, a la familia, a Virginia García, que ha estado ahí desde el principio apoyando este proyecto y poco más. No iba a hacer nada extraño ni me iba a poner a nombrar a todo el mundo. Al que se lo tengo que agradecer, él ya lo sabe.

Este es un premio por 'Staff', una coreografía que sin ser un repaso a todo lo hecho por usted, sí pretende ser una recopilación de la esencia de su trabajo. ¿Tal vez eso hace que el galardón tenga mejor sabor?

Sí. Es una coreografía que montamos en el décimo aniversario de la compañía. Y me hace especial ilusión que el premio sea por esta pieza porque es como redondear esos diez cumpleaños. Ahora, a otra cosa.

Primera nominación y en el clavo. ¿Una premonición para el futuro?

Espero que sí (risas).

¿Además de trabajando, cómo lo ha celebrado?

Pues todavía no he podido. Anoche estábamos muy liados. Hoy (por ayer), nos hemos levantado a las seis de la mañana también por trabajo. Así que... supongo que lo celebraré el domingo, con un poco de suerte. Cuando estás en periodo de producción es una locura. Todavía no me he puesto a pensar que me han dado el Max.

¿Por Vitoria pasará pronto, más que nada también para que la ama pueda felicitarle?

Espero que pronto. Pero mi madre, no te creas, fue la primera en llamar.

¿El premio compensa todos estos años de trabajo y, a veces, piedras en el camino?

Es evidente que te anima a seguir. Es una inyección de ánimo que sirve para refrescarte.

También una compañía vasca de danza como Kukai ha recibido un premio, junto a Tanttaka. ¿Síntoma de buen estado de salud en Euskadi?

Nuestro estado de salud no es malo. Yo a veces peco de optimismo, pero no creo que la danza contemporánea vasca esté mal, está como todas: tienes que trabajar mucho pero no somos de los que peor estamos. Todo se puede mejorar pero nuestra situación es aceptable.

Usted, por ejemplo, ha participado en iniciativas como el Circuito Vasco de Danza Contemporánea. ¿Nos hace falta dar más pasos para la promoción de la danza?

Lo que se está haciendo está muy bien. No hay muchas comunidades que tengan este tipo de iniciativas. Hay que aprovecharlo y seguir. Es que es lo que hay, tampoco existe más público ni más teatros.

¿Qué tiene entre las manos?

Pues estrenamos un montaje nuevo el 7 de mayo en el Teatro Arriaga de Bilbao. Por eso estoy loco. Se llamará Pobres bestias . Es una producción de nuestra compañía junto al Arriaga, algo que está muy bien porque es la primera vez que este teatro coproduce una pieza de danza contemporánea. Es un avance, un intento de ofrecer cosas nuevas, de investigar. El mejor premio es trabajar y en ese sentido tenemos mucha suerte. Incluso tenemos proyectos para el año que viene, como una coreografía con la Compañía Nacional de Noruega. Ahora estamos recogiendo frutos después de tantos años.

Un consejo para aquellos que quieran seguir sus pasos y, tal vez, ganar un día un Max al mejor intérprete de danza.

A currar. A la danza la tienes que ir a buscar. No viene a ti.