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El grupo de danza Kezka tuvo una gran acogida en el festival de Alba de Tormes
Veintidós dantzaris junto a la Banda Municipal de Txistularis de Elgoibar y las trikitilaris Ohiane y Eneritz, ofrecieron bailes típicos de Gipuzkoa y Bizkaia
Su actuación dio inicio con un popular Agurra a modo de saludo a los presentes, a continuación se bailaron las danzas con arcos y cintas originarias de Gipuzkoa, y a su vez tuvo lugar la tradicional Ezpatadantza vizcaína, concluyendo la función con Jotas de Arraitia. «Hace años que no sa-líamos fuera y esta invitación nos llegó desde los ayuntamientos de Alba de Tormes y Eibar. Es importante porque premia el trabajo que se realiza durante todo el año y es un incentivo para los que formamos este grupo, nos hacemos conocer fuera del País Vasco», comenta Oier Araolaza, uno de los responsables de Kezka Dantza Taldea. En la localidad salmantina pudieron disfrutar de otras culturas folclóricas y aprender de sus tradiciones y, a su vez, observar diferencias y semejanzas. «Lo más bonito es que, aunque haya bailes parecidos, cada provincia lo interpreta de diferente manera», señala Araolaza. El baile vasco es un folclore más rudo a diferencia del madrileño o salmantino donde juegan más con la expresión corporal. También destacan las semejanzas folclóricas que existen entre el pueblo vasco y el charro. «Curiosamente, aunque muchos piensan que el tamboril es propio de nuestra tierra, en Salamanca también tiene mucha fama y lo tocan simultáneamente junto a una especie de flauta parecida a nuestro txistu. Es bonito ver el tamboril charro y el vasco, además del baile de cintas, alegoría a la vida que también es tradicional del pueblo salmantino», destaca Oier Araolaza. A pesar de esta actuación lejos de tierras de Euskadi, el grupo Kezka ofrece anualmente entre 30 y 40 funciones por toda la geografía vasca. Cabe destacar su participación en el Espectáculo Pas de Basque, con el cual han actuado en los teatros más importantes del País Vasco.
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