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El frío no impidió que cientos de pamploneses arroparan a su patrón

El arzobispo Francisco Pérez instó a los fieles a "vivir en el amor de Dios" como hizo San Saturnino - La plaza Consistorial se quedó pequeña para presenciar los bailes de los gigantes y dantzaris

Egilea
I.R.
Komunikabidea
Diario de Navarra
Tokia
Pamplona
Mota
Albistea
Data
2008/11/30

Minutos antes de las diez y media todavía no se sabía con seguridad si la procesión iba a tener lugar y en el zaguán de la Casa Consistorial todos se hacían la misma pregunta: "¿Llueve?" En la estación de autobuses, los miembros de la comparsa de Gigantes y Cabezudos miraban también al cielo. Al final, la comparsa y el Ayuntamiento decidieron salir a la calle y dar comienzo a la procesión de San Saturnino.

Eran las once menos veinticinco de la mañana cuando clarineros, timbaleros y maceros anunciaron la salida de la corporación municipal en cuerpo de ciudad hacia la iglesia de San Saturnino.

El arzobispo y el Cabildo Catedralicio recibieron en el templo a la alcaldesa y al resto de corporativos, a excepción de Txema Mauleón (NaBai) y Jorge Mori (PSN), de baja, y a los dos de la ilegalizada ANV, y la procesión con el Santo comenzó antes de las once.

Txistularis y dantzaris anunciaban la llegada de la procesión a los pamploneses que aguardaban en las calles y balcones del Casco Antiguo. Detrás del Santo, el Cabildo de la Catedral y la bandera de la ciudad, seguida de la corporación, la guardia de gala de la Policía Municipal y la banda de música La Pamplonesa.

El frío no dio tregua y la procesión transcurrió deprisa por la calle Mayor, el paseo del doctor Arazuri, la calle Nueva y San Saturnino, allí un grupo de mozos con bandurrias y guitarras entonó un canto en honor al Santo. Después, el sonido de los gaiteros y txistularis de la comparsa recibieron a la comitiva antes de que entrara en la iglesia. El templo de ya estaba abarrotado de fieles cuando llegó el Santo, adornado con claveles rojos. El arzobispo Francisco Pérez presidió la celebración que se prolongó durante más de una hora y que comenzó con la interpretación del Códice Medieval de San Cernin por parte de la Capilla de Música de la Catedral, dirigida por Aurelio Sagaseta y el órgano tocado por Julián Ayesa. La escolanía del Orfeón Pamplonés participó también en la misa.

En la homilía, Francisco Pérez instó "a vivir en el amor de Dios" y seguir el camino que inició San Saturnino predicando el evangelio. "Pido a San Cernin que nos ayude a ser una cerilla ardiendo porque las tinieblas no se disipan a base de puñetazos", manifestó. Concluida la misa, la corporación regresó a la casa Consistorial. Desde el balcón principal, adornado con flores de Pascua, los concejales observaron cómo cientos de personas presenciaron los bailes de la comparsa de Gigantes y los dantzaris de Duguna, que celebran su 60 años.

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DN

Cientos de pamploneses desafiaron a una mañana desapacible en la que no se superaron los seis grados de temperatura, y que amenazaba lluvia, y volvieron a arropar al patrón de Pamplona, San Saturnino, por las calles del Casco Antiguo.

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Los dantzaris de Duguna reciben a San Saturnino a la entrada del templo donde se celebró la misa. CALLEJA

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