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"El folclore, para que exista, tiene que estar vivo y reactualizarse"

Emilio Xabier Dueñas - Presidente de la sección de Folclore de Eusko Ikaskuntza

Ante la ausencia total de una metodología para la transmisión fiel del folclore vasco entendido en su más amplia extensión, Emilio Xabier Dueñas y Josu Erramun Larrinaga han publicado un libro-método dirigido a docentes y monitores para su enseñanza a niños entre 4 y 14 años.
Egilea
Enrique Santarén
Komunikabidea
Deia
Tokia
Bilbao
Mota
Elkarrizketa
Data
2012/11/25
Lotura
Deia

Publicado como un monográfico de los cuadernos Jentilbaratz de Eusko Ikaskuntza, el libro El folclore infantil en Euskal Herria. Materiales para su enseñanza es fruto de la investigación y la experiencia educativa que consta de textos, imágenes y un DVD-vídeo práctico. Su objetivo, la conservación del folclore en Euskadi.

Suele definirse el folclore como el conjunto de tradiciones de un pueblo. ¿Cuál es la importancia de conocer, conservar y transmitir el folclore?

Tal y como se entiende hoy en día, sí es verdad que el folclore, al menos en este país, es el conjunto de tradiciones, donde se incluye la danza, las canciones, la música... Pero no en todos los países el término folclore significa lo mismo. Porque el folclore abarca música, danza, pero también lenguaje, derecho, economía... elementos que son parte de la costumbre de cada pueblo. Y luego, una serie de tradiciones unidas al calendario festivo y al ciclo de la vida. El folclore, para que exista, tiene que estar vivo y para que esté vivo, tiene que estar en evolución, se reactualiza continuamente en mayor o menor medida.

¿Y está vivo hoy en día? ¿Tiene sentido el folclore en el siglo XXI, en la era de internet?

Métase en Youtube o en páginas especializadas de danza, por ejemplo. Otra cosa sería lo que podríamos llamar transmisión o tradición oral, ya que el folclore se ha basado siempre en ello, ha sido su pilar básico. No la tradición oral, sino la transmisión de la tradición. Eso sí que ha cambiado. Aunque siga existiendo la oral, ahora la transmisión es prácticamente virtual.

¿Para qué necesita la sociedad de hoy conservar tradiciones?

Lo primero, básico y primordial, es la identidad. La identidad que mantiene un pueblo, una comunidad. Se conserva por la propia identidad. La gente de un pueblo se siente identificada con ese elemento. Pero hay más: está el turismo, está el apartado económico, el apartado político... y luego está lo que ya no es folclore, sino folclorismo, que sería el crear algo del folclore (con base o sin base) pero que interesa a una parte de la institución pública.

El objeto del libro es el folclore infantil. ¿Existe un folclore específicamente infantil?

En la sociedad tradicional, hasta mediados del siglo XX, en general, el papel del niño se circunscribía a una serie de cosas. Ahora han cambiado los elementos. Los juegos que se realizaban principalmente en la calle no es que hayan dejado de existir pero casi han sucumbido por la PlayStation. Una parte del folclore juvenil, en parte para que no se pierda, en parte porque se ha ido perdiendo y en parte por una necesidad de que se conserve, ha bajado el nivel de edad y en algunos casos, el cambio de sexo.

¿Y qué otros elementos contiene?

Trabalenguas, retahílas, adivinanzas, acertijos... es uno de los elementos que el adulto le enseñaba al niño. También la elaboración de juegos y juguetes, que le llamamos taller. Antiguamente, los niños, por conocimiento de los mayores, tenían elementos de la propia naturaleza, desde ramas de árboles hasta un hierro que se cogía y se jugaba al hinque o se cogía barro y se fabricaba una máquina de fotos. Nosotros inculcamos que debe existir eso, pero además con materiales reciclados y reciclables. Máscaras, antifaces, colocación de pañuelos en la cabeza... cosas sencillas pero quien tiene que aprender primero es el formador, que tiene que tener la capacidad y el conocimiento. Y por supuesto, que le guste.

Entonces, va dirigido principalmente a los enseñantes.

Sí, va dirigido a la enseñanza reglada, primaria y en parte secundaria. También a animadores socioculturales y sobre todo monitores y preparadores de grupos de danzas. Nunca ha existido una metodología, no ha habido un método de enseñanza. A nadie le preocupa o a nadie le interesa o nadie ve que existe ese vacío. Todo el mundo ve que el niño es el futuro pero nadie se preocupa de saber cómo hay que enseñarles.

¿Cuál es entonces el objetivo final de la obra?

Que las tradiciones generales de Euskal Herria no se pierdan, que se sigan transmitiendo de generación en generación por otra vía que no es la que existía antiguamente, que era la oral directa de padres a hijos. Que no se pierdan las tradiciones, que son elementos totalmente válidos para la preparación del niño a nivel intelectual y psicomotriz y, por supuesto, que al final por medio de los niños los adultos sepan que existe un patrimonio propio, autóctono y válido, que se debe mantener.

Emilio Xabier Dueñas, con el libro sobre folclore infantil.

Emilio Xabier Dueñas, con el libro sobre folclore infantil. (Zigor Alkorta)

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