El casco antiguo de Berriozar se ha despertado hoy por la mañana con el bandeo y repique tradicional de las campanas de la Iglesia San Esteban. El comienzo del segundo de los cinco días de fiestas, celebrado en el pueblo viejo de Berriozar, ha estado dedicado al fomento de las tradiciones. Pero traía con ella una novedad, y es que por primera vez una mujer ha participado en el bandeo de las campanas y otra ha ondeado la bandera. Ane Bustince Zozaia, vestida de dantzari, se ha encargado de la técnica del badajo, que consiste en mover esta pieza dentro de la campana.

Al fin y al cabo este tipo de tradiciones están muy, muy, muy arraigadas a los hombres ya que siempre las han realizado ellos. Además ha sido algo muy espontáneo y el pueblo se lo ha tomado muy bien. En ese sentido me llena mucho y me parece un comienzo muy importante. Ojalá siga así y se anime cada vez más gente y se vaya normalizando. Poco a poco seguiremos haciendo lo que se pueda”, ha asegurado la joven.

"Este pueblo es pionero en recuperar y mantener tradiciones porque ahora mismo es el noveno municipio de Navarra en población, pero mantiene una de sus tradiciones más importantes que es la de los mayordomos con todo lo que ello conlleva"

 

La otra campana ha sonado mediante el volteo. Para ello, Asier Costa Chavero, concejal de Cultura vestido de dantzari de Otsagabia para bailar posteriormente con su talde de dantzas Txori Zuri, con la ayuda de otros vecinos que conocen la técnica de la campana, la ha hecho girar. El concejal ha destacado la importancia que tiene el fomento de la tradición en la localidad y el esfuerzo que se realiza desde la corporación para ello: “Este pueblo es pionero en recuperar y mantener tradiciones porque ahora mismo es el noveno municipio de Navarra en población, pero mantiene una de sus tradiciones más importantes que es la de los mayordomos con todo lo que ello conlleva. Me parece que tanto para el pueblo como para la población en general es muy importante y beneficioso mantenerlas. La cultura popular es una de las principales bases, es uno de los soportes de nuestro programa de fiestas. Aparte de los 106.000 euros que destinamos a fiestas, es un presupuesto que hay que añadir, el que por medio de convenios se hace con agrupaciones locales: Gigantes, banda, txaranga, grupo de danzas... Se hacen anualmente unos convenios y entra dentro de lo que es el ámbito cultural del pueblo”.

Baile de los Mayordomos

Unai Yoldi Hualde, Nora Sobejano, Marcos Urdánoz y Maider Murillo se han vestido como antaño de mayordomos y mayordomas y se han convertido en los protagonistas del día grande de las fiestas locales. Una tradición muy antigua que fue recuperada por esta localidad hace años. En sus orígenes, los mayordomos y las mayordomas, que eran jóvenes del pueblo solteros en edad casadera, se encargaban de organizar las fiestas. En ellas, vestidos con sus trajes, presidían la misa, protagonizaban el primer baile y daban la comida a todo el público.

A día de hoy se sigue realizando todo ello el segundo día de fiestas. Tras acudir a la misa y bailar, han servido el aperitivo y a las 20.00 horas abrirán el vals. Allí terminará esta jornada, que ha sido el debut para los cuatro jóvenes porque “solo se puede ser una vez”, tal y como han asegurado. Pero el día de hoy no ha sido la única actuación de estos cuatro mayordomos y mayordomas, ya que el próximo 26 de diciembre, con motivo de la festividad de San Esteban, el patrón del pueblo, vuelven a actuar repitiendo todos los actos de la jornada de hoy.

"Cumplir este sueño los cuatro juntos que somos amigos desde pequeños ha sido sentir a la vez un cúmulo de emociones”

Maider Murillo - Mayordoma

“Estábamos nerviosos porque te ve todo el pueblo y al final te tienes que defender de la mejor manera posible. Aunque salga bien el ensayo hoy había muchos nervios y cambia”, explicaron. “Pero cumplir este sueño los cuatro juntos que somos amigos desde pequeños ha sido sentir a la vez un cúmulo de emociones”, ha añadido Maider Murillo, mientras recordaba sus emociones a flor de piel durante el baile.

"Me siento muy orgullosa de que a alguien se le ocurriese introducir el papel de la mujer con una de las banderas. Ha sido un placer y un honor, y más aquí en el pueblico, que es muy simbólico para todo los vecinos"

Ainhoa Zafra Elorza - Responsable de ondear la ikurriña

Otra de las sorpresas que traía consigo el día grande de Berriozar ha sido la presencia de otra mujer de la localidad en acciones que, hasta ahora, habían sido tomadas por hombres. Ainhoa Zafra Elorza, vecina de 24 años y dantzari de Txori Zuri, ha sido la primera mujer en ondear una bandera en el pueblo viejo de Berriozar. “Abajo ya había realizado esto una chica en alguna celebración grande, pero para el pueblico es una novedad. Me siento muy orgullosa de que a alguien se le ocurriese introducir el papel de la mujer con una de las banderas. Ha sido un placer y un honor, y más aquí en el pueblico, que es muy simbólico para todo los vecinos. Lo he vivido con muchos nervios, pero orgullosa”, ha añadido la responsable de hacer bailar a la ikurriña.

Almuerzo popular

Después de los actos, los vecinos han disfrutado del almuerzo popular. Pintxos de relleno con pimiento, embutidos y piporropiles han sido los productos que han llenado las mesas. Para acompañar, refrescos, zumos y vino. Algunos de estos alimentos no fueron elegidos al azar, si no que iban de la mano de la tradición. El concejal de Cultura ha explicado que los pioporropiles “eran un dulce típico que se hacía en la cuenca de Pamplona hace 90 años. Se perdió la receta, pero la cerería Donezar, de la calle Zapatería, la ha conservado y es el único establecimiento que fabrica este postre. Para el almuerzo de hoy nos han traído. Tienen forma de lazo, decorados con bolitas de anís de colores”.

Entre las bebidas, a través del vino también han hecho un especial guiño a los productos tradicionales. Asier Costa Chavero ha explicado la elección de la bodega Laderas de Villava: “Antiguamente el monte Ezkaba eran todo viñas y el vino que se consumía por las familias en Pamplona era preferentemente este. La familia mantiene la tradición, siendo la única que produce vino con las viñas de Ezkaba a día de hoy en la cuenca de Pamplona”.