Dokumentuaren akzioak
El Dantzari Eguna reunió en Sangüesa a 250 dantzaris de 11 grupos diferentes
Sangüesa Aniversario de Rocamador
Ataviados con sus trajes en la fresca mañana de ayer que amenazaba con lluvia, 250 dantzaris pertenecientes a doce grupos se repartieron por cuatro localidades de la comarca de Sangüesa: además de la propia ciudad, Cáseda, Liédena y Gabarderal, que les acogieron para celebrar el Dantzari Eguna.
Euskal Dantzari Biltzarra, organizadora del evento, acogió con agrado la iniciativa de Rocamador Dantza Taldea, el grupo de Sangüesa, precisamente como primer acto de la conmemoración del 40º aniversario de su formación. Mikelats (Atarrabia-Villava), Basakaitz-Kurruskla (Iribas) y Danzantes de Otsagi (Otsagabia) desplegaron por la mañana sus danzas populares por las plazas y calles de Sangüesa, mientras que Elordi, ( Zizur Mayor) y Txori-Zuri, (Berriozar); Oberena y Amaiur (Iruña) y Orritz (Irurtzun) e Iruña Taldea, lo hicieron por Aibar, Liédena y Gabarderal.
Matelots, Lekeitio, Dantzari-dantza o Polka Berria fueron parte de las danzas bailadas al son de la música de txistu y atabal de Aitor Urkiza, Luis Mari Vital y Ricardo Medinabeitia, mientras que los gaiteros de Lumbier, Daniel Abaurrea, Iñigo Klariana y Luis Sancet hicieron bailar a los danzantes de Otsagabia. Por la tarde se sumarían los dos grupos de Rocamador, y todos los demás, para la kalejira y el acto central en Sangüesa, con un guiño al V Centenario de la Conquista y otros bailes.
"Es un día muy bonito, en el que te juntas con un montón de grupos", afirmaban Iker Larumbe y Marta Ribera, de Mikelats. Junto al día 6 de julio, en Pamplona, es la jornada más especial para ellos, reconocían. Entre sus compañeros, ayer disfrutaron en Sangüesa y animaron a disfrutar a otros jóvenes. "Gozamos de un ambiente muy bueno, te relacionas, viajas, te diviertes, y transmites cultura. Animamos a los jóvenes que no conocen este mundo a acercarse para probar y vivirlo".
Sangüesa y los pueblos de acogida que colaboraron en la organización agasajaron a los dantzaris con una comida. El grueso estaba en Cantolagua, donde el alcalde, Ángel Navallas, y su cuadrilla elaboraron comida para 150. Del postre, se encargó el pastelero, Juan Pedro Aramendia, a su vez fundador del grupo Rocamador en el que sigue danzando a sus 64 años. Ayer también para él era un día especial. Él se considera un tanto responsable de que la descentralización del Dantzari Eguna.
"Había que potenciar de alguna forma la capacidad organizativa de los grupos de los pueblos, en un momento en el que habían nacido muchos, a finales de los setenta", recordaba. Aramendia se sentía ayer "semi ausente", un poco nervioso y raro. Entre sus típicos dulces en el obrador no podía evitar sentirse un tanto apartado. "Pero en el fondo me alegro de no ser tan necesario". El relevo lo cogió "de forma tal vez inconsciente", su hijo Iker, y este reconoce que aun así, su padre sigue siendo un referente en las danzas de Sangüesa. Se lo ha currado durante cuarenta años, pero admite agradecido que ha contado con apoyos: "Uno nunca está solo; amigos, vecinos incondicionales de las danzas y mi mujer, Ana Landa, que me ha brindado la oportunidad de seguir".
Rocamador cuenta con el reconocimiento de su ciudad. Sus danzas, la Jota Vieja, la Purrusalda, la Polka, y el Ingurutxo, así como el "folclore y atuendo merindano" aprendido para bailar en Salazar y Valcarlos, no pueden faltar en los grandes acontecimientos del año. "Sangüesa sin Rocamador sería un pueblo sin danzas, o con otras danzas diferentes. Nos hemos mantenido durante cuarenta años, pero los buenos tiempos se fueron y el futuro es incierto. Hoy tenían que haber venido 30 grupos, y justo contamos la docena. Pero todo es cíclico, y no se sabe" dice Juan Pedro Aramendia, que espera haberlo hecho lo mejor que ha podido y espera que las danzas de Sangüesa "nunca lleguen a morirse".
Mikelats, de Atarrabia, movió a cuarenta componentes para participar en la jornada. (Marian Zozaya)
Dokumentuaren akzioak