Bailar y además enseñar. Actuar y también compartir un taller en torno al uso de los objetos en el movimiento. Mostrar y, sin duda, aprender. Es la relación de ida y vuelta que se ha establecido entre el Conservatorio Municipal de Danza José Uruñuela y el centro Arropaineko Arragua, una colaboración que estos días se está completando en el espacio de Lekeitio con la visita de la entidad gasteiztarra.
Diez estudiantes de 4º de Enseñanzas Profesionales del conservatorio dependiente del Ayuntamiento de Vitoria –ocho bailarinas y dos bailarines– son los llegados desde la capital alavesa. Niños y niñas de 6º de Primaria de la Escuela Pública de Lekeitio son, por así decirlo, sus anfitriones en una propuesta que busca el intercambio de experiencias creativas en un marco de producción experimental.
Es una actividad que al alumnado del José Uruñuela le aporta una experiencia diferente ya que parte del taller implica que ellas y ellos, en cierto modo, se convierten de estudiantes a profesores. “Para el conservatorio es de vital importancia formar en diferentes áreas en torno a la danza, porque a más diversidad, más posibilidades de poder acceder a oportunidades laborales dentro de nuestro ámbito”, apunta la directora del centro, Ainhoa Arenaza Medina.
Objetos en el movimiento
Antes de la llegada de la comitiva gasteiztarra, el alumnado de la Escuela Pública de Lekeitio ha estado interviniendo una serie de cajas en las que los estudiantes han ido plasmando sus experiencias personales. Además, como explican desde Arropaineko Arragua, han grabado estas presentaciones.
Toda vez con el José Uruñuela allí se ha desarrollado un taller de danza en torno al uso de objetos en el movimiento que ha tenido dos partes relacionadas. Por un lado, el conservatorio ha presentado la coreografía Hemen Orain, creada por Elvira Illana. Por otro, se han usado las citadas cajas para desarrollar “una composición colectiva” entre estudiantes de los dos centros.
“La caja que portan los bailarines durante toda la pieza se toma como punto de partida de cada movimiento y los aspectos personales que han plasmado en ella funcionan como transformadores de estos movimientos” describe Maider Illana, responsable de Arropaineko Arragua.
Como dice Arenaza, “para el conservatorio es muy gratificante colaborar con diferentes instituciones dentro del ámbito de las enseñanzas artísticas, porque fruto de estas colaboraciones se crean vínculos interesantes que facilitan el encuentro, el intercambio de ideas y la creación de sinergias entre los centros, el alumnado y el profesorado”.
Arropaineko Arragua es un espacio para el desarrollo de las prácticas de creación contemporánea que orienta sus acciones en el espacio comprendido entre las prácticas de creación y la transmisión de conocimiento. A partir de ahí, se trabaja para fortalecer el papel de quienes crean y sus proyectos y, también, “la gestión pública de la enseñanza y la creación con el fin de ofrecer a los ciudadanos un contexto favorable para la creación y la producción cultural”.