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El Carnaval rural transforma la urbana Alsasua

Komunikabidea
Diario de Noticias
Mota
Albistea
Data
2009/02/25

Es un personaje lleno de simbología. Es más, según algunos, aúna los principales elementos del Carnaval. La sarda estaría ligada a la fertilidad y sus golpes encerrarían la representación simbólica de matar lo viejo para dar una nueva vida. La función de los cencerros sería la de ahuyentar a los malos espíritus y despertar la naturaleza dormida durante el invierno, mientras que las crines tendrían un sentido purificador. La sangre sería el vestigio de una ofrenda sacrificial.

La fiereza de su aspecto exterior se corresponde con su comportamiento, anárquico y salvaje. Y es que el Carnaval no sabe de reglas. Los mayores de Alsasua recordaban este personaje con temor. En la actualidad, entre tanto flash y público, el salvaje momotxorro ha perdido parte de su fiereza pero aún así, mejor mantenerse alejado si no quieres probar su sarda.

COMITIVA RURAL Una legión de momotxorros precedió la comitiva rural, con los pastores despejando las calles para dar paso a decenas de variopintos personajes que tenían en común elementos de un pasado no tan lejano en la que la urbana Alsasua vivía ligada a la tierra. Junto a las tradicionales maskaritas, el contrapunto femenino del carnaval original, una espesa y oscura nube de brujas abducidas por el akerra aullaban en la noche. No faltaban los mullidos juantramposos y cientos de personajes inclasificables que tenían en común telas de saco, máscaras, sombreros, cintas de colores y otros elementos propios de un modo de vida agrícola y ganadero.

Asimismo, hubo escenas, como la de la golda o el arado romano, anunciando que ha llegado el tiempo de labrar la tierra. O la boda, el comienzo de una nueva vida. También un akelarre alrededor de una hoguera. En definitiva, un espectáculo popular que ayer volvió a mostrar que goza de muy buena salud. Según muchos, ayer se superó. Y es que fueron cientos los personajes rurales que tomaron las calles. Además, la Momotxorroen dantza volvió a tener un lugar destacado en la anárquica comitiva. Al respecto, durante estos dos últimos meses se abrió el gimnasio del instituto de FP para ensayar este baile, que se había perdido estos últimos años.

Ha sido posible gracias a la incorporación de varios jóvenes a la Comisión Pro-Carnaval. Savia nueva para un grupo de alsasuarras que trabajan sin descanso para que está fiesta viva, incluso mejorando año tras año. También se ha intentado poner algo de orden, recuperando la figura de los pastores, encargados de castigar a los momotxorros y abrir camino. Asimismo, se apeló a los padres de los momotxorros txikis para que no se mezclasen con los grandes para evitar atropellos y caídas ocurridas en otras ocasiones.

Así, con la manada controlada, la comitiva rural recorrió las principales calles de la villa, con parada en las askas para que bebiesen los bueyes, para finalizar en una plaza en la que no cabía un alma. Era el momento de mostrar el rostro.

Pero Alsasua se resiste a quitarse la máscara. Este próximo sábado celebrará su Carnaval piñata, la cara urbana de esta fiesta. Ya dentro de la Cuaresma, los alsasuarras volverán a demostrar que ganas e ingenio no les falta en una fiesta que cada vez tiene más adeptos. Dicen algunos estudiosos que el Carnaval es hijo del Cristianismo, y que no se entiende sin la Cuaresma. Frente a las restricciones que impone la religión los cuarenta días previos a la Semana Santa, los carnavales eran unos días con licencia para disfrutar, una válvula de escape a las tensiones sociales. Si bien los tiempos han cambiado, el carnaval sigue siendo una fiesta en que con la ayuda de la máscara, se deja a un lado lo cotidiano, a veces una cruda realidad. Hasta se olvida la crisis.

CARNAVAL TXIKI Pero el Carnaval rural de Alsasua fue ayer mucho más que la salvaje y grandiosa comitiva que recorrió ayer las calles de Alsasua ya de noche. Tras una comida popular, alubiada para más señas, que reunió a 80 comensales, por la tarde hubo puska biltza , una cuestación de alimentos por el casco antiguo de Alsasua que luego se merendaron en la plaza. Por otro los txikis tuvieron su propio carnaval. "La idea es dar especial protagonismo a los txikis y también alargar la celebración, dando más vida a la tarde", señalaron los organizadores.

Imagen ampliada

La salida de los momotxorros desde Zelandi fue un espectáculo de luz y sonido.

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