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El Carnaval más antiguo de Álava se celebra hoy en Zalduondo con la quema de Markitos
El muñeco de este festejo de la llanada encarna todos los males del pueblo
La localidad de Zalduondo celebrará a lo largo del día de hoy uno de los festejos más conocidos del Carnaval en la Llanada. Se trata del recibimiento y ajusticiamiento de Markitos, un grotesco personaje de paja que simboliza todos los males del pueblo.
Ataviado con un impecable traje, boina y un collar realizado con cáscaras de huevo pintadas de rojo, verde y blanco, el muñeco saldrá a media mañana para recorrer la localidad ante la atenta mirada de lugareños y visitantes. Tras su primer viaje, permanecerá amarrado en un mástil de seis metros instalado frente al Palacio Lazárraga de Zalduondo durante varias horas.
El Carnaval de esta localidad, el más antiguo de Álava, revive a lo largo del día el ajusticiamiento de Markitos, quien viajará hacia su muerte sobre un pollino, acompañado por el peculiar cenicero.
escenificación A media tarde, cuando la afluencia de público es más grande, una comparsa baja a Markitos de su atalaya y lo pasea por la villa. La comitiva partirá desde el Palacio de Lazárraga, el mismo lugar donde hace 29 años Blas Arratibel, Martiniano Martínez de Ordoñana y Joaquín Jiménez dieron vida a esta tradición que se ha mantenido estable a lo largo de los años en la localidad, a pesar de su sencillez.
El Carnaval de Zalduondo se ha convertido en uno de los festejos rurales más famosos de la geografía alavesa. Markitos, el protagonista de la fiesta, se erige en el representante de todos los males y penas, y por ello, el muñeco es vilipendiado mientras se le pasea por las calles a lomos de un burro. Todo el pueblo participa en un juicio de mascarada, tras el cual, se dará a conocer la sentencia que destina al personaje de trapo a ser empalado para posteriormente alimentar las llamas de una hoguera.
Acompañado por sorgiñas, porreros, el viejo y la vieja o los zanpantzarris, Markitos llegará al frontón donde el juez leerá su veredicto. El sermón del predicador es nuevo cada año y culpa a Markitos sobre los distintos males que ha sufrido la localidad a lo largo del año, tales como los fallecimientos, la bajada del precio de la patata o el cereal o las riñas vecinales. Todo sirve como razones de peso para llevar al personaje a la hoguera.
Antiguamente se le pegaba un tiro y un cartucho de dinamita lo descuartizaba. En la actualidad lo rocían de gasolina y le prenden fuego mientras los porreros danzan y cantan a sus despojos en el frontón, cerca de la fuente de Celedón. Zalduondo reanudó sus carnavales en 1975, tras ser interrumpidos en 1934.
Markitos es empalado frente al Palacio de Lazárraga de Zalduondo.Fotos: e.s.p.
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