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El carnaval goierritarra logra sobrevivir

Aunque la fiesta del Carnaval ha tenido variadas formas de celebración en el Goierri, la mayoría de ellas se ha perdido ya y sólo quedan en la memoria de unos pocos

Egilea
J.M. Requena
Komunikabidea
Diario Vasco
Tokia
Goierri
Mota
Albistea
Data
2007/02/15

Lejos de establecer comparaciones con Tolosa, en muchas localidades del Goierri, se celebraron de manera humilde y arraigada las fiestas del carnaval.

Lazkao y Ordizia

Lazkao, por ejemplo, ha tenido su propia manera de entender la fiesta. El origen exacto de la celebración no se conoce, pero sí se sabe que se mantuvo hasta los años cincuenta gracias al empeño de una cuadrilla de ocho miembros de Lazkaomendi.

Seis de los miembros de la cuadrilla se vestían de dantzari con pantalón, camisa y alpargatas blancas con cintas doradas cruzadas, boina y cinturón rojos y pañuelo al cuello. Los otros dos vestían blusa negra de tratante y algún exótico sombrero. Estos últimos portaban una bota de vino que iban ofreciendo, al tiempo que recogían los donativos y golpeaban a los niños con un maskuri.

El domingo y lunes durante todo el día así como el martes por la mañana ofrecían sus danzas por los caseríos de Abaltzizketa, Gaintza, Zaldibia y Lazkao.

El martes por la tarde, la fiesta se trasladaba a convento de las Bernardas y a la salida de la celebración, los miembros de la corporación municipal debían pasar por debajo del arco que los carnavaleros con realizaban escobas. La fiesta finalizaba con la danza que el grupo ofrecía igual que lo había hecho por los caseríos de la zona.

En Ordizia encontramos referencias del carnaval de 1923 en un breve de prensa que J.Beitia publicaba el primero de febrero de ese año en El Pueblo Vasco: «Un año más que añadir a los muchos en que el Carnaval en Ordizia es un completo aburrimiento, pues los jóvenes se desplazan a otros pueblos, donde se gasta y se recauda. Aún tiene tiempo el Ayuntamiento de organizar unas fiestas brillantes. La piedra está arrojada, veremos quien la recoge».

Este comentario debió de causar efecto ya que bien recogieron la piedra los ediles ordiziarras del momento, pues en una comisión que se constituyó a los días, el 5 de febrero, organizaron las fiestas del carnaval para el domingo día 11 de febrero de 1923.

El programa que completaron para aquel domingo fue, a las 9 y media de la mañana pasodoble por las calles de la villa con la banda municipal; a las 10 misa mayor cantada por el Orfeón Villafranqués; a las 11 la salida de «la monumental y chispeante comparsa de calderos húngaros, bajo la dirección del infatigable Joaquín Pascual, recorriendo todas las calles, barrios y demás 'bujeros' que encierra la capital goierriana»; a las 12 concierto de la banda municipal; a las 4 «en la Plaza Mayor gran becerrada, se dará suelta a dos novillos embolados y una comparsa hará que el público se indigestione de risa»; a continuación, música terminando con una kalejira, típica de la villa; de nueve a doce de la noche, verbena en la Plaza Mayor. Completando este programa, el Casino Recreativo (situado en Urdaneta Kalea nº 2) organizaba dos bailes para estos días de Carnaval.

Visto el éxito que había tenido la edición del carnaval ordiziarra, al día siguiente, lunes, la comisión organizadora solicita al pleno del Ayuntamiento la ampliación del presupuesto inicial en 150 pesetas, para volver a soltar becerros el martes. El pleno autoriza la ampliación de la fiesta quedando el presupuesto total de los carnavales en 300 pesetas.

La fiesta resultó un éxito y quien antes calificada en la prensa de aburridos los carnavales ahora en el mismo medio escribía: «Que gentío más inmenso, sólo comparable con aquellos días de la semana grande. Sólo la capital goyerriana es capaz de organizar una tamborrada en ocho días y una comparsa de caldereros en tres. Continue así secula seculorum...».

Precisamente los carnavales de ese año son los que se recuerdan con mayor cariño y admiración, aunque en los años siguientes se continuaron organizadohasta 1934. Después, y tras la Guerra Civil, quedaron prohibidos.

Recuperar la tradición

No obstante, de entre las diferentes fiestas carnavaleras que se celebran en la comarca, destaca, por el esfuerzo que están realizando por rescatarla del olvido, el carnaval de Segura. Y es que en este municipio, durante la fiesta del carnaval se celebraba la fiesta del Oso, pero como en otros tantos lugares, a partir de 1946 se pierde la tradición por la prohibición del régimen franquista que prohibía «todo acto que recordaba al carnaval». Ahora lo vuelven a recuperar.

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