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"El ballet necesita más apoyo del Gobierno vasco, se están olvidando de la gente de aquí"

Jon Ugarriza bailarín y coreógrafo

Egilea
Maite Redondo
Komunikabidea
Deia
Tokia
Bilbao
Mota
Elkarrizketa
Data
2011/10/15
Lotura
Deia

Ha recorrido un largo camino que le ha llenado de satisfacciones. Se ha subido a los principales escenarios del mundo y ahora ha colgado las zapatillas y crea trabajos coreográficos para bailarines profesionales del English National Ballet, el Wiesbaden Staats ballet Berlin, el Ballet de la Ópera de Niza o el Joffrey Ballet de Chicago, y ha llevado la danza a canciones de Mikel Laboa o Benito Lertxundi. "En las coreografías, lo que busco es llegar al público, que sientan, que disfruten de ese momento y les haga viajar", confiesa el creador bilbaino.

En estos momentos, está viviendo un sentimiento agridulce. Por un lado, está muy ilusionado porque el día 29 se estrenará en Euskalduna su coreografía Kai, en la VII Gala Los vascos y la danza. Pero, por otro, acaba de recibir la noticia de que el Gobierno vasco le ha vuelto a negar una pequeña subvención para sacar adelante un proyecto cultural. "En el jurado no había nadie con titulación de danza", explica.

¿Cómo ve la situación de la danza clásica en Euskadi?

Aquí no existe ninguna compañía, no hay ninguna escuela que tenga la continuidad hacia la profesionalización...

Suena a crítica...

Es una crítica, pero me gustaría que fuera constructiva.

El Centro de Artes Escénicas, que lleva varios años de retraso, ¿no va a ofrecer estudios de danza?

Debería ser una escuela con trayectoria internacional en la que se puedan dar clases, asesorar a los bailarines, montar coreografías, ver cómo trabaja un coreógrafo... Y empezar con una compañía pequeña.

Todos los bailarines vascos reclaman una compañía...

No es tan difícil de crear, se puede hacer, es muy sencillo. No estoy hablando de una gran compañía, si no de una amoldada a Bilbao. ¿De qué te sirve estudiar si luego no tienes trabajo? Se crea un centro superior para formar coreógrafos y luego van a la calle. Es como crear una academia de medicina y luego que no haya un hospital

¿Resultaría rentable?

Por supuesto, a todos los niveles, Realmente, la misión de una compañía es que se conozca, llevar el nombre de tu tierra por distintas partes del mundo.

No tiene mucha confianza en que el Centro de Artes Escénicas vaya a solucionar los problemas...

Por mucha infraestructura que haya, lo importante es que haya gente experta en el proyecto. La idea original es buenísima porque se trabaja con los técnicos dentro del mismo sitio, se retroalimenta todo. Pero me preocupan algunos aspectos como que tiene que estar llevado por profesionales. Tiene que convertirse en un centro de referencia en todo el mundo, que los estudiantes digan: Me voy a Bilbao para estudiar en el Centro de Artes Escénicas, al igual que dicen que vienen a ver el Guggennheim.

¿Les han consultado desde Lakua?

Ya que se van a gastar un dineral, sería aconsejable que nos consultaran. Estaríamos encantados de poder compartir los conocimientos adquiridos durante nuestras etapas en las compañías internacionales. Todo el mundo puede aportar cosas, llegar a un consenso de gente profesional. Si no se lleva bien, el centro va a ser un fracaso. Te dan una subvención para que vayas fuera, desarrollas tu carrera y luego, cuando pueden aprovechar a esa gente, no lo hacen.

¿En qué está trabajando en la actualidad?

Estoy intentando llevar la danza de calidad a películas, anuncios... y realizando varias coreografías. Pero me he encontrado con que algunas me las han frenado. He pedido subvenciones para sacar adelante dos proyectos muy buenos al Gobierno vasco y me las han denegado.

¿Por problemas de recortes?

Lo más grave es que había dinero. Hay una partida para la producción de danza, a la que he presentado dos trabajos. El año pasado, Romeo y Julieta y este año, un proyecto que tenía un gran interés cultural, que ya tenía fecha de estreno. El coste de estas producciones es alto y solo he pedido una partida mínima, yo pongo encima de la mesa el resto. Pero, sin esa ayuda, me resulta imposible sacarlos adelante.

¿Y qué le han dicho desde el Gobierno vasco para negarle las subvenciones?

He comprobado que el tribunal de esta modalidad no tiene la titulación de danza, no son bailarines de compañías internacionales. Yo lo que digo es que si me quieren evaluar un proyecto de estas características, lo tiene que evaluar gente de este ámbito. Ellos pueden ser buenos en su ámbito, pero no pueden evaluar este tipo de proyectos.

¿En estos años no ha recibido ni una subvención de Lakua?

Nunca. Las he pedido dos años seguidos y me las han negado. El ballet tiene que tener más apoyo. Tengo la sensación de que se están olvidando de la gente de aquí.

La Asociación Bilbao Ballet Elkartea le acaba de encargar la coreografía 'Kai'.

La asociación ABBE me pidió que realizara una coreografía de Baga, biga, higa de Mikel Laboa, escuché la canción y me pareció que era posible. Además, tenía muchas ganas de llevar al escenario Lau teilatu de Juan Carlos Pérez, popularizada por el grupo Itoiz. He creado una pieza de ballet, una historia de amor entre dos jóvenes y he concebido la canción de Juan Carlos Pérez, como si fuera algo ritualístico, música de sensaciones porque habla de la paz, de la familia... Además, también van a bailar Txoria txori, de Mikel Laboa, una pieza que estrené en la gala de los XX premios Sabino Arana.

Ha elegido a dos Primeros Solistas del Royal Ballet, Itziar Mendizabal y Johannes Stepanke.

Hablé con Itziar y le pareció una idea estupenda. El proceso de creación es más facil si te llevas bien con los bailarines, Itziar y yo estudiamos juntos en la compañía de Víctor Ullate. Además, le hace ilusión bailar otra vez en su tierra.

¿Y Johannes Stepanke entendió el significado de las canciones vascas?

Tuvimos que explicarle todo, lo que significaban, el sentimiento de la gente que va a asistir al espectacúlo... y lo captó fenomenal. Hasta las cantaba. Me pareció muy bonito que canciones vascas estén sonando por los pasillos del Royal en Londres...

¿Ha sido un proceso muy díficil?

Es difícil, pero si lo veo claro desde el principio, al final funciona. Y eso es lo que me ha pasado con estas canciones. Siempre creo algo para los bailarines, me amoldo mucho a su estilo. La versión sinfónica de Lau teillatu es muy clásica y el baga bira va a tener una tendencia más neoclásica, pero dentro del mismo estilo, porque tienen que tener las dos piezas un hilo de continuidad. Itziar interpreta en el Royal Ballet todo el repertorio, creo que era la más adecuada en cuanto a estilo, sentimiento y en cuanto a la ilusión que va a poner en la pieza.

También ha llevado a la danza 'Udazken koloretan' de Lertxundi...

Así es, Lertxundi tiene una música increíble. Tienes dónde elegir para diferentes tipos de trabajos coreográficos: buenas melodías, llenas de mensajes que se pueden transformar en danza; una maravilla. Me he quedado con las ganas de hacer algo más largo, un ballet en condiciones basado en su música.

¿Qué opina Lertxundi de sus coreografías?

Cuando se lo comenté, le pareció una buena idea. Benito no pudo ir a la gala de Sabino Arana, pero le envié un vídeo y me dijo que le había encantado. Me comentó que plásticamente estaba muy bien montado. Desgraciadamente, Mikel Laboa no tuvo oportunidad de conocer mi coreografía porque se estrenó poco después de morir. Resultó un momento emotivo y sensible. El teatro Arriaga lloraba.

¿Recuerda la primera vez que bailó?

Empecé a bailar a los nueve años para hacer ejercicio porque tenía los pies planos. Pero a medida que fui bailando, me di cuenta de que era lo mío. En Bilbao estudié con Dolores Beaskoetxea, y con 16 años me fui a la compañía de Víctor Ullate, a donde accedí gracias a una beca de estudios de la Diputación Foral de Bizkaia. A partir de entonces, he formado parte del K-Ballet Company Tetsuya Kumakawa (Japón). También ha trabajado con el English National Ballet, Ballet de la Ópera de Berlin, en el de Basilea...

Ha colgado las zapatillas y ha montado una empresa de coreografía, MQDanza... ¿No echa en falta bailar?

Un bailarín nunca deja de bailar, pero en estos momentos estoy más centrado en crear coreografías, en hacer llegar el ballet al público. Me dedico a crear producciones por encargo, y a la formación... Quiero que la nueva generación de bailarines aprenda las cosas que nosotros hemos aprendido fuera. Es una buena oportunidad para enseñarles cómo se trabaja realmente y qué se van a encontrar fuera.

Jon Ugarriza estrenará su coreografía 'Kai' el día 29 en Euskalduna.
(Foto: Fede Lavid)

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