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El Ballet Nacional de Moldavia representa el clásico 'Giselle'
La agrupación está acompañada por la Orquesta Filarmónica de ese país La bailarina Olena Shevtsova opina que es una obra «muy complicada»
El
primer acto del ballet se desarrolla en Turingia, durante la vendimia,
Giselle, jóven e inocente campesina, está enamorada y a su vez
correspondida por Albrecht, a quien supone un aldeano, pero que es en
realidad un jóven noble que se ha disfrazado de campesino para obtener
su amor. Cuando descubre que su amado tiene una prometida, muere de
dolor.
La segunda parte transcurre en un bosque de la laguna,
donde está la tumba de Giselle. A medianoche las willis -espíritus de
las novias abandonadas por sus prometidos- comienzan a bailar, y
Myrtha, su reina, admite a Giselle en su mundo fantasmal. Albretcht
visita la tumba de Giselle e implora perdón por el engaño. La doncella
se conmueve ante su dolor, pero la inflexible Reina de las willis
ordena a Giselle atraerlo.
Shevtsova destacó que el papel de
Giselle es uno de los más complicados para una bailarina porque tiene
dos facetas completamente distintas, una más terrenal en el primer acto
y otra más espiritual en el segundo. «Sólo tienes los veinte minutos
del descanso para reinventarte otra vez. Además, en esta ocasión
venimos con orquesta lo que hace más complicada la representación
porque cada día es diferente».
No es la primera vez que la
Orquesta Filarmónica de Moldavia y su director, Agafita, visitan San
Sebastián. Estuvieron en el Kursaal acompañando a Isabel Pantoja.
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